Robyn Millen tuvo una "interesante" sorpresa cuando entró a Snapchat: vio una foto picantísima de su papá, desnudo en la bañadera, aunque por suerte unos emoticones le tapaban "las partes".
En realidad, él se la quería mandar a la esposa, pero "no sabía cómo funcionaba". La hija le avisó y después hizo lo que cualquier joven haría: lo compartió en Twitter diciendo "me quiero morir".
En el chat se lee que el padre le dice "perdón, era para tu mamá", y no se hace mucho problema.
Robyn después compartió otros mensajes con un grupo integrado por sus padres. A él parece no importarle mucho el "incidente": "No hay nada para ver excepto mis piernas y esos emoticones".
Pero la historia sigue. La hija les contó del éxito de su tweet... y los padres lo siguen viendo como algo simpático. Él incluso le dice "¡soy genial!". Una buena forma de divertirse con el error que los hizo virales.