Pasó de la maratón a los 100 metros llanos. Rápido, sin anuncio previo y presentando sólo un escrito, el exespíase presentó ante la Justicia por segunda vez en 8 días.
Stiuso estuvo menos de dos horas en la oficina de los titulares de la UFI AMIAquienes querían que declare como testigo en la causa que investiga el atentado en la mutual judía. La Justicia busca saber qué pasó con un informe sobre el entrecruzamiento de 400 millones de llamadas antes, durante y después del atentado a la mutual judía. Ese documento, que hasta Nisman se lo pedía, nunca fue presentado y recopila los llamados de 7 años.
Los fiscales Sabrina Namer, Roberto Salum y Leonardo Filippini, recibieron al exespía que solo presentó un escrito. No respondió preguntas porque argumentó que al haber sido denunciado por el gobierno anterior no correspondía que declare. Después abandonó la oficina del séptimo piso del edificio ubicado en Hipólito Yrigoyen 460, frente a la Plaza de Mayo.
Los periodistas y fotógrafos que se acercaron hasta la UFI AMIA no podían subir hasta el séptimo piso ni permanecer en el hall del edificio por indicación de los vigilantes de seguridad privada.
Leé también: "A NISMAN LO MATARON POR EL TRABAJO QUE VENÍA HACIENDO", DECLARÓ STIUSO
El año pasado, mientras vivía en los Estados Unidos, el exespía hizo llegar un escrito a la Corte con tres nombres de personas de Inteligencia. "Yo me fui y no sé qué pasó", explicó.
Los periodistas y fotógrafos que se acercaron hasta la UFI AMIA no podían subir hasta el séptimo piso ni permanecer en el hall del edificio por indicación de los vigilantes de seguridad privada.
La semana pasada Stiuso amplió su declaración ante la jueza de instrucción en lo Criminal Fabiana Palmaghini en la causa por la muerte de Nisman y luego de eso la magistrada se declaró incompetente, consideró que el caso debe pasar a la Justicia federal y denunció penalmente a la fiscal Viviana Fein.
Nisman fue hallado muerto el 18 de enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero: tenía un balazo en la cabeza, disparado con un arma que le había prestado el técnico informático Diego Lagomarsino.
