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ARREPENTIMIENTO

14/04/2016

Cada vez más jóvenes buscan quitarse tatuajes con cirugía

El procedimiento es gratuito en el Madariaga. Por mes, hay cuatro operaciones. Necesidades laborales y arrepentimientos, entre los motivos

Cada vez más jóvenes buscan quitarse tatuajes con cirugía
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ecesidades laborales, cambio de gustos, arrepentimientos y desilusiones sentimentales. Así como son múltiples los motivos para tatuarse, también lo son para retirarse estos dibujos de la piel y en el Hospital Ramón Madariaga se incrementa la demanda del procedimiento quirúrgico de remoción.

 

Es la opción gratuita, mientras que el método láser requiere un importante desembolso.

 

Un promedio de cuatro cirugías mensuales realiza el Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del nosocomio.

 

“Generalmente hacemos uno por semana, porque hay otras prioridades, no es una urgencia. Por cada cuatro que se acercan, uno se opera y se van dando turnos posdatados”, detalló Gustavo Abrile, jefe del sector.

 

Aclaró que para la remoción quirúrgica se retira la piel que tiene el tatuaje y si es posible, se cubre con el tejido local, con lo cual el procedimiento es ambulatorio. En cambio, de requerirse un injerto de piel (que se extrae de otro sector del cuerpo), se necesita anestesia e internación.

 

En la mayoría de los casos se trata de adolescentes y jóvenes que deben someterse a exámenes para el ingreso a Prefectura, Ejército, Gendarmería o Policía.

 

“Queda una cicatriz. Las cicatrices están aceptadas, mientras que los tatuajes en los antebrazos y otras zonas visibles del cuerpo en las armas no están aceptados”, señaló el cirujano plástico.

 

Analizó además, en base a su experiencia, que esta práctica cultural y estética “es una situación del momento, no es para toda la vida. Hay que evaluar el costo-beneficio, yo me hago un tatuaje, ¿pero qué posibilidades tengo de retirármelo el día de mañana si no me gusta más?”.

 

“Porque hoy estoy de novio con una chica, mañana me peleo con ella y tengo su nombre grabado. Estas son cosas que pasan cotidianamente. Lo mismo cuando los que están presos se pintan los dedos, pero cuando salís de la cárcel y buscás trabajo, necesitás no tenerlo. Muchas veces son pasatiempos y modas del verano, queda lindo cuando sos adolescente, pero después no querés que te vean así en la reunión de padres de la escuela de tus hijos y antes que el tatuaje preferís tener una cicatriz, que es lo que te queda con el procedimiento quirúrgico”, completó.

 

Abrile se encuentra en Buenos Aires participando del 46º Congreso Argentino de Cirugía Plástica, y destacó los datos aportados por un colega del panel de cirugía mini invasiva.

 

“Comentaba -refirió- el incremento de consultas para retirarse los tatuajes. Se calcula que una de cada ocho personas en Argentina tiene tatuaje. Siempre estuvo instalado como una práctica de rebeldía o de manifestación de sentimientos, de toda índole, pero en el último tiempo se puso de moda, los jugadores de básquet, los jugadores de fútbol, actores, actrices, modelos los han popularizado”.

 

Opinó que “hay que hacer una campaña para prevenir, porque está demostrado que más del 60 por ciento de quien se hizo un tatuaje, acude para retirárselo en un lapso de entre tres y cinco años. Esta es una estadística internacional. Esto se basa en el incremento paulatino y constante de los tratamientos para remoción de tatuaje, por eso es que también se está invirtiendo muchísimo en tecnología para renovar esos láseres y que sean más efectivos”.

 

En Posadas no se brindan estos tratamientos en el sistema público, pero sí lo hace un cirujano plástico en forma particular.

 

“Quizá los tatuajes amateurs, domiciliarios, que los hace un amigo con tinta china o tinta de carbono son los más fáciles de retirar con los láseres actualmente, pero los que son profesionales o en la gama de los verdes, rojos y amarillos son más difíciles de tratar”, explicó el doctor Abrile.

 

Láser: varias sesiones a $500 cada una
En los últimos años avanzó notablemente la tecnología láser de remoción de tatuajes, procedimiento que garantiza en la mayoría de los casos el borrado total del dibujo y una piel perfectamente sana. Sin embargo, su costo resulta privativo para amplios sectores de la población.
Desde Quilmes (provincia de Buenos Aires), el doctor Alejandro Cueva (Matrícula Nacional 98689), detalló algunos a manera de orientación.
“Los costos tienen que ver con los tamaños y los colores. El negro y el rojo son los que más fácilmente salen, en los multicolores (celestes y verdes son los más complejos) tengo que utilizar un adaptador”, prologó.

 

A mayor complejidad, tamaño y profesionalidad del dibujo, se requieren más sesiones, incluso más de diez o quince.

 

“Un tatuaje amateur, que se conoce como tumbero o casero, no tiene la profundidad adecuada y en tres o cuatro sesiones se elimina. Para poner un ejemplo, uno de dos centímetros por lado y con tinta negra cuesta de 500 a 600 pesos por sesión”.

 

Dado que el tratamiento inflama la piel, entre visita y visita debe transcurrir un mes. Así, puede demorarse más de un año para remover un dibujo.

 

“También depende del sistema inmunológico del paciente, que trabaja junto al láser. En general, un paciente joven responde mejor que uno adulto. Y también del sector en el que está el tatuaje, ya que, por ejemplo, en el dedo tarda más en eliminarse que en el hombro”, finalizó el responsable del centro médico bonaerense Tattoo Removal.

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