En un relevamiento realizado por Nuevo Diario, señalaron que debido al aumento excesivo, en especial de las marcas tradicionales, resurge la modalidad de los sueltos que salen entre $3 y $3.50 cada uno, dependiendo el lugar y la marca.
“Algo caro, pero en el caso de los que no fumamos mucho es una manera de sentir menos el impacto en el bolsillo”, afirma Juan Carlos que trabaja en albañilería y de pasada baja de su moto en el kiosco de Roca y Pellegrini para comprar “tres para el día”.
Los kiosqueros afirman que la venta de cigarrillos “ya no es negocio”. El motivo es muy simple: “Hay que invertir mucho en la compra, la ganancia casi no existe y bajó el consumo”.
Esta situación generó otra reacción: “Por el momento” dicidieron no comercializar cigarrillos y hasta colgaron un cartel informando la decisión al potencial consumidor. De todos modos, ese grupo “es inferior al 10 por ciento”, afirmaron desde la distribuidora que comercializa marcas líderes y confía que con el paso de los días “todo se irá normalizando”.
Por otra parte, el “tarifazo” ha generado una rebelión de comerciantes del rubro, que en muchos casos empezaron a vender los paquetes con sobreprecios, según han denunciado muchos fumadores. Esto se debe a que el margen de ganancia por atado disminuyó para los comerciantes y pasó de un 7% a un 4,3%. Además, en casi ningún kiosco bajaron los precios, tal cual lo dispuso una de las tabacaleras. “Tenemos los precios de compra con aumento, seguramente a partir de la próxima será”, fundamentan.