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Tres camaristas confirmaron parcialmente la condena contra Horacio Enrique Benaventos de 23 años, por el crimen de Lisandro Enrique ocurrido en 2014. Si bien los jueces ratificaron el fallo por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego redujeron la pena de 21 a 17 años. La sentencia se unificó con otras previas por encubrimiento y abuso de arma.
Lisandro Enrique tenía 22 años cuando la noche del 9 de julio de 2014 fue asesinado de dos tiros en pasaje 503 y Pineda, de Rosario. Una bala calibre 32 le impactó en el pecho y la otra en la espalda, cuando intentaba escapar de su agresor. El pasado 19 de abril los jueces Juan Andrés Donnola, Luis María Caterina y Raquel Cosgaya condenaron a Benaventos, sentencia apelada por el defensor Jorge Funes.
En ese momento se mencionaron dos hipótesis: una relacionada con drogas y otra con motivos pasionales. Esta última se impuso un mes después cuando cayó Benaventos, quien había salido con Jaqueline, una ex novia de Enrique. Según testimonios ventilados en el juicio oral, ella quiso terminar la relación con el acusado y volver con Lisandro. Y Benaventos prometió venganza.
En la audiencia de apelación el defensor sostuvo que la fiscalía y los jueces ponderaron los dichos de tres testigos cuyos relatos no fueron "verosímiles" y por lo tanto no había certeza necesaria para condenar. El letrado añadió que no fue secuestrada el arma homicida y requirió que se revocara el fallo o se aplicara a su cliente una pena no mayor a 12 años de prisión.
El fiscal Adrián Spelta afirmó que Benaventos mató a Enrique basado en el testimonio de un joven que vio la escena e identificó a sus protagonistas, a quienes conocía como clientes de la verdulería donde trabajaba. En su alegato final, el fiscal dijo que el acusado mató a Enrique por esa cuestión pasional. Reseñó que Jaqueline puso fin a su "relación esporádica" con Horacio e intentó volver con Lisandro, aunque a escondidas, a raíz de las amenazas de Benaventos.
Días después del crimen el testigo comentó en la verdulería lo sucedido y una clienta resultó ser hermana de Lisandro. La joven declaró que las amenazas de Horacio contra su hermano preocupaban a su familia, que vivía encerrada por temor, sobre todo tras escuchar que el acusado trabajaba en un quiosco de drogas. Veinte días después, Valeria se enteró de que Benaventos había vuelto a la zona y lo fue a buscar en un remís. Cuando lo halló, logró que lo detuvieran, a pesar de que, según dijo, la policía lo protegía porque él trabajaba para el búnker".
Entre las intimidaciones del acusado que alegó el fiscal, se menciona la vez que Benaventos le dijo a Jaqueline que "iba a matar a Lisandro cuando lo viera". Spelta también comentó que el acusado quiso cortar a Enrique con una cuchilla en la esquina de la casa de la joven. También una vecina relató que minutos después del crimen se cruzó con Benaventos muy nervioso, por lo que le preguntó que le pasaba. "Lo maté, lo maté al Li", dijo la mujer.
