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lejandro Ferreyra (21) fue condenado a cuatro años y medio de prisión por lesiones graves calificadas por violencia de género, al ser considerado por el jurado popular de la Cámara 5ª del Crimen en Córdoba, responsable de numerosas agresiones a quien había sido su novia, una adolescente que se negaba a recomponer la relación.
Como episodio culminante a ese contexto de violencia de género, la víctima fue empujada a un barranco el 5 de mayo de 2015 en el parque Sarmiento de la Provincia de Córdoba por lo que sufrió lesiones.
El joven llegó al juicio con la acusación de tentativa de homicidio calificado por el vínculo (habían sido novios y no convivieron) y por violencia de género. Las conductas que se analizaron en el debate se iniciaron en 2013 cuando la chica tenía unos 15 años y él comenzó a insistirle para volver a salir juntos. Como ella se negaba, él empezó a seguirla de modo asfixiante, al punto de acosarla y amenazarla, hasta que recibió una órden de restricción que violó en una oportunidad. Luego, ya sin esa prohibición, la esperó en la parada de ómnibus y la amenazó con un cuchillo. Tras obligarla a ir hacia el parque Sarmiento, cuando ella accionó el botón antipánico provisto por la Justicia, él reaccionó empujándola a un barranco situado junto a una pista de patinaje.
Al arribar a las conclusiones del juicio, el fiscal de Cámara Fernando Amoedo analizó la prueba y consideró que no había intención de matar por lo que solicitó un cambio de calificación a lesiones graves, más amenazas (tres hechos), desobediencia a la autoridad y privación ilegítima de la libertad. El calificante por el vínculo cayó porque no habían convivido y él nunca llegó a ingresar al hogar materno de la víctima.
Si bien la chica había sufrido lesiones (físicas) leves, las secuelas psicológicas agravaron la calificación que finalmente se impuso, sin olvidarse del agravante de violencia de género.
El jurado popular, una vez que comenzó la deliberación decidió volver al debate para ampliar prueba: se le tomó testimonio a la joven y se realizó un informe psicológico que profundizó lo actuado en la instrucción. Una vez que se cumplió con esto, se llegó a la conclusión de que la víctima tenía secuelas psicológicas importantes.
Si bien eludió la responsabilidad de una tentativa de homicidio calificado, Ferreyra recibió una pena de prisión efectiva de cuatro años y medio de prisión por los cargos de lesiones graves, privación ilegítima de la libertad, amenazas y desobediencia a la autoridad.
