Recuerda con exactitud la primera canción que cantó en público. "FueZamba de mi esperanza que a los cuatro años me enseñó mi tío Ricardo". Su auditorio era su mamá Olga, algún que otro familiar y los cuatro vecinos del barrio. Desde entonces no paró.
Su color oscuro de voz de mezzosoprano (no por nada admira a la lírica Cecilia Bartoli) paseó por las octavas del rock, de la balada, del tango y del folklore. Ya tiene grabado para el año que viene un disco con el mítico Chucho Valdéz en el que se anima a los boleros y a las bachatas. Se la ve tan feliz que con sólo invocar esa grabación entona a capella unas estrofas de una canción que cuenta de un romance trunco.
El 20 y 21 de este mes va a presentar otro de sus trabajos. Apenas editado, "Señales" recorre temas de su propia autoría que llegarán de la mano en el teatro de muchas otras canciones que pasan por su rock de "La Torre" o por el cancionero popular que tantas veces ha interpretado. "Hasta vamos a tener un coro de músicos evangelistas que la va a romper", dice entusiasmada.
De la mano de su eterno compañero Oscar Mediavilla ("es mi novio"), siempre abrazada a su hija Marta, habló de todo en una cálida charla con Infobae TV. La grieta ("me tiene podrida"), la solidaridad, el sentido de la vida, el tarifazo de Mauricio Macri ("no me gustó"), el guiño de ojo que le hizo en público el papa Francisco y mucho más. Aquí, parte del diálogo en 20 definiciones esenciales de la gran Patricia Sosa.