ejar de fumar es un proceso complejo que cada persona afronta de un modo. Hay quien lo hace de forma progresiva y quien, de un día para otro, deja el tabaco sin volver a tocarlo.
No es una tarea fácil. Para lograrlo, no solo basta una fuerte concienciación, necesitamos una clara voluntad de llevar una vida más sana y, además, seguir unas determinadas pautas de alimentación.
Asimismo, contar con el apoyo de nuestro entorno y controlar esos desencadenantes que más nos invitan a encender un cigarrillo harán que, sin duda, podamos lograrlo. El esfuerzo merece la pena.
Porque dejar de fumar no te permitirá solo ganar en salud: ganarás en vida. En bienestar.
Cuando decidimos dar el paso y dejar de fumar hemos de tener en cuenta varias cosas. Una de ellas es que nuestro cerebro va a “echar en falta” su dosis de nicotina.
Al sentir la ausencia de ese componente en nuestro organismo, empezará a desarrollar el síndrome de abstinencia. De hecho, es algo que ya se nota 20 minutos después de habernos fumado un cigarrillo.
Tanto es así que todo fumador sabe muy bien que el instante más crítico del día es a primera hora del día, cuando nos despertamos por la mañana, después de haber estado entre 7 o 9 horas sin fumar.
Los cambios físicos son evidentes: aumento de la frecuencia cardiaca, presión arterial, sequedad de boca, ansiedad e incluso más necesidad de comer.
Ahora bien, al día siguiente de dejar de fumar, los niveles de monóxido de carbono y nicotina bajarán en nuestro organismo.
Es entonces cuando el cerebro ordena a nuestro cuerpo empezar a reparar el daño causado por el tabaquismo en el corazón y los pulmones.
Notaremos cambios y alteraciones que serán más evidentes durante las 3 primeras semanas. Es sin duda la etapa más complicada. Tanto es así que debemos cuidar al máximo nuestra alimentación.
Seguidamente, te enseñamos qué pautas deberíamos seguir.
La cafeína estimula el deseo del tabaco. Es un activador natural que conviene evitar, al menos durante esas primeras semanas en que luchamos contra el síndrome de la abstinencia.
Estas serían las bebidas más adecuadas que deberíamos tener en cuenta:
Asimismo, es imprescindible aumentar nuestra ingesta en vitamina C, necesaria para depurar los pulmones. No dudes en prepararte sabrosos tazones donde combinar fresas, naranjas, kiwis, mangos…
Cuando dejamos de fumar se reducen los niveles de glucosa en sangre. Esta pequeña hipoglucemia genera, a su vez, estrés y malestar.
Así pues, toma nota de qué tipo de cereales integrales no deben faltar en tu dieta:
Resulta curioso, pero existen alimentos capaces de relajarnos y de aliviar el síndrome de abstinencia asociado al tabaco.
Los especialistas en nutrición los llaman “alimentos zen”. No obstante, tampoco debemos llevarnos por este tipo de etiquetas, se trata solo de “comer de forma inteligente” y de elegir aquello que nos siente bien del siguiente listado:
A la hora de dejar de fumar, como ya sabes, debemos beber muchos líquidos para eliminar toxinas y también para mantenernos hidratados.
Ahora bien, otro aspecto interesante es el relativo a esos remedios caseros que siempre viene bien tener en cuenta.
Por nuestra parte, te recomendamos uno bien sencillo:
No obstante y, para concluir, recuerda que estos consejos solo serán efectivos si eres constante y te conciencias de la necesidad de dejar el hábito del tabaco.
Intenta, además, hacer algo de deporte e iniciar algo nuevo. En ocasiones, el tener un nuevo aliciente, como acudir a un curso, hacer natación o clases de baile, consigue que nuestra atención se centre en otros aspectos lejos del tabaco.
¡Vale la pena el esfuerzo!