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La Misionera cautiva en Egipto entregó al embajador una carta de petición al Presidente Macri para que tome cartas en el asunto.

13/09/2016

Carolina Pavón se reunió con el cónsul y embajador Argentino

Carolina Pavón se reunió con el cónsul y embajador Argentino
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arolina Pavón se reunió este martes con el cónsul argentino en Egipto Facundo Meli y el embajador Argentino, quienes se pusieron al tanto de su situación y a disposición para realizar todas las gestiones necesarias para que la montecarlense pueda regresar al país.

“Han venido para verificar mi estado de salud, y darme ánimos. Y rectificar su compromiso de hacer lo posible para levantar la restricción que tengo de salir del país. Hay que tener un poco de paciencia porque estamos en las festividades largas del Gran Sacrificio (fiesta musulmana), que termina el domingo próximo” dijo la misionera.

 

La carta al Presidente Macri

Excelentísimo Sr. Presidente de la República Argentina,

Sr. Mauricio Macri,

S / D

Quien subscribe Carolina Ester Pavón, ciudadana argentina, tengo el agrado de dirigirme a Ud. a fin de suplicarle interceda en mi situación, la cual es de público conocimiento. En mi caso, la ayuda humanitaria resulta ser el mecanismo idóneo, único e indispensable para enfrentar esta extrema condición de fragilidad en la que me encuentro.

Como condición me refiero a mi estado de encontrarme privada de libertad de movimientos, especialmente de salida de la República Árabe de Egipto. Y con miedo de circular dentro de la misma, porque mi esposo Mahmoud Mohamed Mahmoud Ahmed Tarfa podría con todo el derecho que las leyes de este país le otorgan, de retornarme al hogar del que he hecho abandono por maltratos físicos y psicológicos.

La vulnerabilidad y precariedad de mi estado desde el punto de vista jurídico, institucional, social y económico es crítico en el país donde me encuentro sin poder salir. Por ello, le suplico encarecidamente a Ud. Sr. Presidente Macri, como representante máximo de mi Nación Argentina, tome asistencia de mi caso conjuntamente con los organismos nacionales competentes, quienes poseen toda la experiencia y el poder necesarios para disponer el funcionamiento de los mecanismos de ayuda legal, asistencial y de seguridad indispensables en mi condición de precariedad y sufrimiento en un país del que poseo la nacionalidad adquirida por matrimonio, pero cuya posición es de innegable desigualdad al estar encerrada en este país y no poseer familia, sin posibilidad de solvencia económica (trabajo), vivienda propia, etc. Y todo esto sumado a que no pude ver a mis hijas por casi ya un año, y sin mantener el contacto directo, aunque fuere esporádico, que había sido la única razón por la cual decidí quedarme en Egipto hasta terminar el juicio del divorcio y luego pedir el derecho de visita, para poder irme a Argentina con papeles legales que me facilitarían sostener una relación libre y segura con mis hijas Mariam Banseeh Mahmoud Tarfa (argentina, DNI 46301928) y Yuliana Mahmoud Tarfa (argentina por opción, DNI 48976208).

Me encuentro en un extremo estado de angustia, pánico, con insomnios, pesadillas, depresión, desesperación, dolor, tristeza, llantos, miedos, desgarramientos, sensación de persecución (por las amenazas recibidas por la familia de Mahmoud, que lamentablemente no grabe en sus momentos) y desamparo. Aun cuando la Embajada Argentina desde el minuto cero estuvo caminando todo el proceso conmigo, y vivo con una familia que me tratan como integrante más de ellos, necesito retornar a mi hogar para reconstruirme como persona, y desde allí, ya con una postura fuerte mental y emocionalmente ver como restablecer el vínculo con mis hijas.

Deseo aclarar Sr Presidente, que yo no albergo resentimiento alguno hacia este maravilloso país de Egipto que ha sido mi hogar por más de una década. Mi conflicto es únicamente con mi esposo, pero tengo plena consciencia de que él actúa como lo hace porque proviene de otra cultura, de un contexto diferente al mío, y con las limitaciones de pensamientos dogmaticos propios. Pero esto no justifica que yo tenga que soportar por lo que estoy padeciendo. El objetivo no debe ser dispersado, y es mi derecho a regresar a mi tierra, junto a mi gente. Aquí no hay lugar para caprichos, egoísmos y resentimientos de haber sido abandonado. Aquí todos perdemos, y yo la que más. Pero estoy intentando con toda las fuerzas que me quedan de aceptar mi parte, que será retornar a casa (mi Argentina) con los brazos vacios. Sin mis bebes. Como una amiga uruguaya funcionaria me dijo en su momento: “Las personas NO TE HACEN MALDADES, VOS DEJAS QUE TE LAS HAGAN. ES TIEMPO DE PONER UN PUNTO”. Intente hacerme cargo de mi parte en esta historia y solucionar mi problemática retirándome de ese hogar absolutamente nocivo, desde ya casi un año, pero ahora sé que solo la intervención del Estado Argentino podría ayudarme. Habrá tiempo luego, espero, para que Mahmoud sane, por el bien de él, y fundamentalmente por el de nuestras hijas que en sus manos quedaran.

Se lo ruego muy humildemente, desde el punto de vista de la garantía de los derechos humanos a la Salud y a la Vida. Es imperioso que Ud. Sr. Presidente, apele a los mecanismos de ayuda humanitaria pues es más que evidente mi condición de precariedad y sufrimiento.

Quedando mi inquietud y pedido notificado, aprovecho para agradecer a la Sra. Gabriela Uriburu y a su Fundación, quienes están haciendo todo lo posible para que mi caso lo tome Ud. Sr. Presidente.

Son millones de personas que atraviesan por estas circunstancias, y estas familias multiculturales están necesitando las gestiones de los Estados de todos los países, para poder conformar un mundo de fraternidad y de paz. Del cuidado de todos. Sr. Presidente, que mi situación, mi padecimiento, lo anime a Ud. a ser un ABANDERADO POR UN MUNDO MEJOR, DONDE TODOS TENGAMOS DERECHOS Y LUGAR.

Sin otro particular, y esperando recibir una respuesta favorable para todos, lo saludo con la consideración más distinguida.

Carolina Ester Pavón

 

La madre sueña con su regreso : “sé que va a volver pero todo tiene su proceso"

Ida madre de Carolina Pavón, la mujer de Montecarlo quien no puede salir de Egipto porque su esposo le puso una restricción, dialogó con la Mañana de RADIO STOP. Dijo sentirse emocionalmente quebrada ante la odisea por la que atraviesa su hija. Contó que Carolina tiene doble nacionalidad y se mostró confiada en que pronto regresará al país “sé que ella va a volver pero todo tiene su proceso, ella está bien contenida. La cancillería en El Cairo le dijo que no corre peligro de vida pero que se debe de respetar el proceso porque hay una buena relación entre ambas naciones. Acá el Presidente Argentino tendría que mandar un pedido para que Carolina pueda ser liberada y salga sola sin sus dos hijas” expresó. 

“Ella está bien y está resguardada, es lo que más me interesa” dijo la madre quien dijo que mantuvo un dialogo con su hija en la mañana de este miércoles. "Hace tres horas hablé con ella y está esperanzada en regresar".

Consultada acerca del trato que recibe Carolina por parte de sus hijas de 7 y 11 años dijo que sufre rechazo porque su padre les lava el cerebro y les hace creer que las abandonó. "Ese hombre les hace creer que Argentina es el lugar del pecado, donde comen cerdo, toman alcohol, fuman, que es un infierno. Para ellas su madre es Satanás y que si las ven arderán en el infierno y morirán”. “En síntesis les inculca que su madre es pecadora”. Cabe recordar que las nenas están con su padre desde julio del año pasado.

Doble identidad

En Argentina, ella es Carolina Ester Pavón, nacida hace 39 años en Montecarlo (Misiones), a 30 kilómetros de Eldorado. Pero en Egipto es Fatma Abd Elrahman Tarfa y en los registros oficiales de ese país figura como que nació en Alejandría.

Como si eso fuese poco, su hija mayor también es argentina y egipcia. Mariam Banseeh Mahmoud Tarfa nació en 2004, también en Montecarlo, y en 2005 fue inscripta en Egipto como si hubiese nacido ahí.

 

La odisea de Carolina Pavón

Atrapada en un país que no la reconoce, con un marido que le pega y dos niñas a las que no puede ver y que ni siquiera quieren verla, según denuncia desde El Cairo, mientras pide a la Embajada argentina en esa ciudad que le facilite el regreso a la Argentina.

Pavón llegó a Egipto en el año 2003 incentivada por la fascinación que le producen las diversas culturas. Fue por unos meses pero se quedó para estudiar Antropología. Se enamoró de un local, se casó y vino a la Argentina para probar suerte aquí. Pero su marido no logró adaptarse y en 2005 volvieron a África. Y todo cambió.

La relación entre ellos no volvió a ser lo que era. Comenzaron los golpes, las discusiones agresivas, las prohibiciones. En total fueron diez años de violencia. Hasta que dijo ya no más.

"El calvario de no poder salir del país empezó este año, a principios de año, no sé cuándo mi esposo me hizo la restricción. Yo el año pasado hice abandono del hogar por violencia física y psicológica. Traté en junio de salir del país y no pude. El marido acá es dueño de la esposa. Me impide la salida del país, me saca el derecho a trabajar, no puedo mantenerme sin él".

Días atrás Carolina habló con RADIO BELGRANO sobre su presente y la suerte que tuvo de encontrar una salida en un país que no tiene opciones para las mujeres casadas: "Tuve la suerte de que una familia me ofreciera quedarme en su casa. Ayudo con el cuidado de una persona mayor. Ellos tienen un buffet de abogados y ofrecieron tramitarme el divorcio para después solicitar el derecho de visitar a mis hijas y ahí sí podría irme del país. Pero para tener el derecho de visita necesito el divorcio y mi marido no me lo quiere dar".

La argentina que nació en Montecarlo y que llegó a El Cairo llena de expectativas aseguró además que está en peligro, porque si la Policía se entera de la situación y le pide los documentos, inmediatamente la devolverá a su casa, junto a su esposo. "Si una mujer sufre violencia física necesita dos testigos que lo ameriten y eso no sucede porque siempre pasa puertas adentro. Si vas a la policía con moretones no pasa nada. La opinión de la mujer en Egipto es la mitad de la del hombre".

 

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