ntre lágrimas, el ex presidente brasileño Lula da Silva intentó una defensa ante un grupo de seguidores y prometió que si la Justicia de su país prueba un acto de corrupción de su autoría, “irá caminando a la cárcel”.
Visiblemente emocionado y con la voz quebrada, el jefe del Partido de los Trabajadores (PT) y mandatario de Brasil durante ocho años se paró frente a un micrófono en un hotel de San Pablo y dijo sentirse un “perseguido por las cosas buenas que hizo” durante su administración.
“Prueben una corrupción mía e iré caminando a la cárcel”, manifestó Lula en un acto partidario, al tiempo que añadió que está “orgulloso de saber que la persecución es por causa de las cosas buenas que hizo”.
Cabe recordar que la Fiscalía de Brasil acusó a Lula de ser “el comandante máximo de la corrupción en Petrobras”, el escándalo que conmovió al gigante latinoamericano.