☰
✕
n escándalo sin precedentes se registró en la localidad de Guaraní, cuando el intendente Miguel Ángel Vargas autorizó la venta y consumo de bebidas alcohólicas en la recepción de los egresados del Bachillerato Orientado Provincial (BOP) N° 1. La polémica aún mayor reside en la discusión mantenida entre el jefe comunal y la fuerza policial, que debió retirarse del lugar sin poder cumplir con su cometido que, como mínimo, sería el decomiso de las bebidas o bien la clausura de la fiesta.
El evento se realizó en el polideportivo municipal, ubicado en las calles Antártida Argentina y San Martín, donde efectivos de la comisaría local constataron una flagrante violación a las normas vigentes. El consumo de bebidas alcohólicas en recepciones está prohibido conforme a los artículos 58 y 58 bis del Código de Faltas.
De todas formas, ante la presencia policial, el jefe comunal reconoció que él había autorizado la venta de cervezas y que desconocía la legislación, según se desprende de las actuaciones policiales realizadas que trascendieron el domingo.
Según fuentes del caso, la fiesta de egresados del BOP N° 1 contó con custodia privada. Alrededor de las 00.30, la comisaría de Guaraní fue alertada sobre la situación que se estaba produciendo. En consecuencia, una patrulla se acercó hasta el polideportivo y constató que en la parte posterior se hallaba una cantina donde se encontraban vendiendo bebidas alcohólicas.
La presidenta de la comisión organizadora del evento, Rosana Quintillano (37), explicó que el propio alcalde había autorizado la venta de bebidas alcohólicas durante la cena.
Ante esta situación, los policías se entrevistaron con el alcalde, que estaba en el lugar, y él mismo reconoció que había autorizado el consumo de alcohol. Para colmo, cuando los uniformados le notificaron de la prohibición vigente, Vargas dijo desconocerla y solicitó que le exhiban algún documento en el que conste la vigencia de la norma.
Como el intendente se mostró reticente a ceder y la tensión iba en aumento, el jefe de la comisaría local se contactó con el titular de la Unidad Regional II, Juan Francisco Gómez, quien autorizó que los efectivos se retiren del lugar para no continuar en discordia con el intendente.
Consultado sobre lo sucedido, el jefe comunal minimizó los hechos: “Destácame lo bueno, fue una fiesta familiar con el esfuerzo de muchos padres; el problema fue que cuando vendieron la tarjeta se informó que iba a haber una ronda de tragos con alcohol para el brindis y eso pasó”.
El personal policial que intervino en la madrugada del domingo notificó del caso a la jueza de Paz, Myriam Jacqueline Rosciszewski, quien señaló que antes del comienzo de la cena habló con los padres organizadores para explicarles la prohibición de consumo de bebidas alcohólicas, ya que ella tiene un hijo que egresó de dicho establecimiento.
Incluso, la jueza comentó que el intendente, a viva voz, había manifestado en plena cena que estaban autorizados a vender bebidas alcohólicas en el evento, por lo cual ella y su familia se habían retirado del lugar. En tanto, la funcionaria ordenó el decomiso del alcohol y el evento continuó.
También otros padres se retiraron del evento, disgustados con la situación y el mal ejemplo que dio la máxima autoridad del pueblo.
