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os testigos calificaron el hecho como una locura, un baño de sangre innecesario y fatal. Si bien las circunstancias del caso aún no están del todo claras, la información oficial indica que Claudio Sortiga (23) rompió un vidrio de la guardia de emergencias del Hospital Samic de Oberá y sufrió una lesión en un brazo que derivó en una hemorragia y en su posterior deceso.
El hecho se produjo el último sábado por la noche. La investigación está a cargo de la Seccional Tercera y, por el momento, la causa fue caratulada como muerte dudosa.
La jueza Marta Arrúa, subrogante del Juzgado de Instrucción Uno, ordenó el traslado del cadáver a la morgue judicial de Posadas para la autopsia de rigor. Cumplido dicho trámite, el cuerpo será remitido a los familiares para el velorio y la posterior inhumación.
Sortiga era oriundo de colonia San Francisco, municipio de Alba Posse, pero se hallaba residiendo en el barrio Brasil de Villa Bonita, Campo Ramón. Allegados confirmaron que su concubina está embarazada del primer hijo de la pareja.
Según explicaron desde la Unidad Regional II, el sábado a las 20 la Seccional Tercera recepcionó un llamado desde la guardia del Samic informando que un sujeto se hallaba descontrolado y a golpes de puño había roto una ventana de vidrio de la recepción.
Como consecuencia de la acción, sufrió un profundo corte en el brazo derecho que le produjo una profusa hemorragia. Para colmo, ante la gravedad del cuadro el muchacho reaccionó en forma violenta y no dejaba que lo atiendan.
Fue así que los policías convocados tuvieron que colaborar para reducirlo, tras lo cual el paciente fue sedado y alojado en emergencias. En tanto, a pesar del esfuerzo del personal de guardia, fue imposible contener la hemorragia ya que el corte afectó un vaso sanguíneo principal, explicaron.
Alrededor de las 22, la misma dependencia policial fue notificada del deceso, tras lo cual se dio parte a la Justicia de Instrucción en turno que ordenó las medidas pertinentes.
El lunes ante la ausencia del director del hospital, fuentes médicas indicaron que Sortiga llegó muy exaltado y habría exigido que lo atiendan enseguida, aunque no supieron precisar por qué motivo concurrió a la guardia. Tampoco descartaron que haya estado bajo los efectos de alguna sustancia, lo que podría explicar su exaltación.
En cambio, allegados a la víctima indicaron que en la tarde del sábado el joven se sintió mal del estómago y refirió que había comido mortadela. El dolor fue en aumento, por lo que alrededor de las 17 un vecino lo trasladó hasta el hospital, donde habría aguardado más de dos horas para que lo atiendan.
Por ello, ante las versiones encontradas, la autopsia será clave para deslindar las responsabilidades del caso.
Otros casos:
Semanas atrás, profesionales que se desempeñan en la guardia del Samic insistieron en la necesidad de contar con custodia policial en el lugar para mejorar la seguridad del personal, ya que en varias ocasiones fueron increpados y hasta agredidos por familiares o allegados de pacientes.
En agosto, dos enfermeras fueron agredidas por un paciente y sus familiares. El sujeto llevaba 24 horas internado en la guardia reaccionó contra una enfermera, quien a su vez solicitó asistencia de una compañera y luego ambas fueron agredidas por allegados del paciente. Las trabajadoras radicaron las respectivas denuncias ante la Seccional Tercera. “Estas dos compañeras pasaron un momento muy feo y resultaron lesionadas. El caso también habla de las deficiencias del Estado para atender la salud pública, puesto que el hombre que agredió a las enfermeras llevaba más de 24 horas internado en la guardia por falta de camas en el sector que corresponde”, opinó entonces Jorge Duarte, secretario general de la CTA.
