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Salud
29/06/2017

Mirar tele mientras se come aumenta más el riesgo de sufrir obesidad que la compra de comida hecha

Mirar tele mientras se come aumenta más el riesgo de sufrir obesidad que la compra de comida hecha
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uchas veces hemos escuchado a profesionales de la salud y nutrición recomendar disminuir la cantidad de horas diarias frente a la televisión para reducir el sedentarismo y prevenir el aumento de peso tanto en niños como en adultos. Un nuevo estudio demostró que, además, mirar televisión durante las comidas aumenta el riesgo de padecer obesidad, incluso superando el riesgo que representa la compra de comida hecha fuera de casa.

Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU), se propusieron estudiar el vínculo entre los alimentos que se comen en familia y el riesgo de padecer obesidad.  El estudio, a cargo de Rachel Tumin, directora analista de encuestas y salud poblacional del Centro de Recursos Gubernamentales de las Facultades de Medicina de Ohio, y Sarah Anderson, profesora asociada de epidemiología del Colegio de Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio, halló que los adultos que no ven TV mientras comen alimentos hechos en casa con sus familias son menos propensos a padecer obesidad.

Tumin y Anderson usaron datos de la Encuesta de Evaluación de Medicaid Ohio 2012, un estudio realizado vía telefónica entre la población de Ohio que examinó a los adultos que vivían en el área y que habían comido al menos un alimento con la familia en la semana anterior a la encuesta. Esto permitió que la muestra del estudio sumara un total de casi 13.000 encuestados. Para el estudio, los investigadores calcularon el índice de masa corporal (IMC) para cada uno de los encuestados con base en el peso y la altura que ellos mismos reportaron.

Más de la mitad de los participantes dijo que había comido en familia la mayoría de los días de la semana; el 35% de los encuestados reportó que había comido en familia algunos días, mientras que el 13% dijo que había comido en familia pocos días.

Aproximadamente un tercio de los participantes fue considerado obeso, y alrededor de un tercio veía TV o videos la mayoría del tiempo durante estos alimentos. Asimismo, 36% de los encuestados dijo que nunca veía TV ni videos durante comidas en familia, y el 62% de los participantes dijo que todos los alimentos que comían en familia eran preparados en casa.

La calidad, no la frecuencia, de las comidas en familia puede disminuir el riesgo de obesidad. El estudio no halló asociación entre la frecuencia de las comidas en familia y el riesgo de padecer obesidad. La gente que comía en familia la mayoría de los días de la semana, esto es, 6 o 7 días, fue tan propensa a ser obesa como la gente que comía en familia pocos días, 1 o 2 veces por semana. Sin embargo, la gente que nunca veía TV o videos durante las comidas en familia fue 37% menos propensa a ser obesa en comparación con los adultos que siempre veían TV. Esta correlación fue independiente de la frecuencia de las comidas en familia.

El menor riesgo de padecer obesidad se halló entre las personas cuyas comidas en familia eran tanto cocinadas en casa y sin mirar TV o videos.

En conclusión, podemos decir que el hecho de mirar televisión durante las comidas implica que dejemos de prestar atención a lo que estamos consumiendo, tanto en cantidad como en calidad, justamente por atender el medio de comunicación. Podemos pasar fácilmente 1 hora o más sentados mirando un programa y comiendo durante ese tiempo sin registrar las cantidades, lo cual afecta directamente al aporte calórico diario, provocando un exceso que produce aumento de peso corporal.

Tomemos conciencia de estos hábitos, que, aunque pasen desapercibidos, nos afectan si no les prestamos atención. Una estrategia seria servir una porción adecuada, sin llevar la fuente o más cantidad de comida a la mesa para evitar distraernos y comer demás.

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