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TRAGEDIA EN CHILE

07/01/2018

Iniciaron trámites para repatriar los cuerpos de la familia misionera muerta en Chile

La familia estaba radicada en Río Gallegos y regresaban de Punta Arenas.

Iniciaron trámites para repatriar los cuerpos de la familia misionera muerta en Chile

 

El doloroso proceso de repatriación de los cuerpos de los cinco integrantes de la familia misionera que murieron en Chile, comenzó en las últimas horas con la tarea de identificación, paso previo a los trámites obligatorios que finalmente permitirán el traslado a Misiones.


Por medio de los registros migratorios se sabe con certeza que los cadáveres calcinados pertenecen al piloto de Gendarmería Hugo Cano (39), a su esposa Adriana Díaz (36) y a sus tres hijos: Gonzalo (16), Lautaro (12) y Milagros (7), pero las pericias buscan ser más específicas sobre todo porque han quedado irreconocibles producto de la explosión e incendio que consumió completamente el Fiat Siena con el que la familia circulaba de regreso a este país.


En pos de ese objetivo, de saber quién es quién, es que un grupo de peritos forenses del Servicio Médico Legal de Chile comenzó a cotejar por medio de las piezas dentarias de cada uno de los fallecidos, que se completará -de ser necesario- con pericias de tipo genéticas que serán extraídas a familiares directos que podrían llegar al vecino país para tramitar ante las autoridades chilenas la autorización para la repatriación de los cuerpos, que todo indica serán directamente trasladados a esta provincia por vía aérea cuando dicha tarea esté concluida.   

“Un golpe demasiado duro”
Nancy Marcela Cano es hermana de Hugo y en diálogo con El Territorio reconoció que “la tragedia fue un golpe demasiado duro para toda nuestra familia. Estamos destruidos por lo que pasó y hasta ahora sin muchas precisiones de cómo seguirán los trámites en Chile. Pero toda la familia está siendo asistida por la Gendarmería. En ningún momento nos dejan. Con todo el respeto nos tratan y nos mantienen al tanto de todo”.


La mujer reconoció que se enteró del siniestro a través de portales de noticias y sitios web, tomando conocimiento certero de que eran su familiares recién durante la mañana del viernes. Fueron ellos los que debieron comunicar la tragedia a la familia de su cuñada Adriana, que está radicada desde hace muchos años en Posadas.


“La información no era del todo clara, por eso desde un principio estábamos con la esperanza de que no eran ellos, no queríamos creer”, relató con voz quebrada Marcela, añadiendo que “lamentablemente nos tocó a nosotros sufrir el dolor por la pérdida de gente tan querida. Se los recordará como eran, amables y solidarios, educados. Es terrible lo que pasó”.
Según describió la mujer, el grupo familiar llevaba dos años viviendo en la capital de Santa Cruz debido a que el jefe del hogar era sargento primero de Gendarmería Nacional (piloto), siendo en ese contexto trasladado hacia dicha provincia donde debía permanecer por cuatro años.


El jueves fueron a pasear a Chile y a su regreso, sobrevino la tragedia. “Lo que en estas horas nos fuimos enterando es que andaban paseando porque estaban viviendo en Río Gallegos y están a un paso de Chile. Siempre les gustaba salir y cada vez que lo hacían salían todos juntos. Planificaban venir a Misiones”, manifestó angustiada.


En esa línea agregó: “Estamos destruidos, todos muy mal y peor aún, porque estando tan lejos  no podemos hacer mucho más que esperar que traigan los cuerpos. Gendarmería nos asiste pero tambien desde el gobierno provincial y municipal nos han brindado todo su apoyo. Y a todas las personas, vecinos, compañeros de trabajo, amigos queremos agradecer por todo su apoyo”. 

Choque e incendio
La mortal colisión ocurrió a las 17.45 del jueves, cuando el  Fiat Siena se dirigía rumbo al paso fronterizo Integración Austral y al llegar al kilómetro 131 de la Ruta CH-255 chocó de frente con el camión cargado con materiales de construcción que se desplazaba en sentido contrario, con destino hacia Punta Arenas.


Las causas aún no están definidas, aunque una de las hipótesis indica que uno de los vehículos se habría cruzado de carril.

El camionero permanecía detenido

De acuerdo a lo publicado por medios chilenos, el camionero Pablo Elías Espinoza Vásquez (39) oriundo de la localidad de Coyahique, continuaba hasta anoche detenido en una celda de la Primera Comisaría de Carabineros, a disposición de la Justicia de Punta Arenas.
Se estima que recién la semana que viene será sometido a una audiencia de control de detención en el Juzgado de Garantías de esa ciudad, donde deberá ofrecer su testimonio ante el fiscal Fernando Dobson y recién después se resolverá su situación procesal, pudiendo entonces recuperar la libertad supeditado a la causa penal que investiga la muerte de los misioneros. 
En medio, su esposa, Jimena Segovia Solís, salió a defenderlo ante los cuestionamientos por una supuesta conducción temeraria. 
“Hemos estado en contacto permanente con él y nos hemos ido enterando de lo que va sucediendo a medida de que va pasando el tiempo. Pero como familia estamos preocupados, angustiados y bien mal por lo que ocurrió”, aseveró la mujer al diario La Prensa Austral. Contó que el camionero “está shockeado y le hemos dado palabras de aliento, que vamos a estar con él hasta que todo pase”.
Según indicó Jimena, Pablo se ha dedicado por más de 20 años al rubro transportista, teniendo que viajar periódicamente entre las regiones de Aysén y Magallanes, y en todos estos años nunca había sido parte de un accidente de tránsito, definiendo a su marido como una persona “responsable en la conducción”. En ese contexto puntualizó: “Fue un accidente. Yo conozco a mi marido, él no maneja imprudentemente. No fue algo intencional sino un accidente”.
Luego del choque, Espinoza Vásquez había sido trasladado hasta el Hospital Clínico de Magallanes para ser sometido a la alcoholemia de rigor, que según informes extraoficiales habría dado negativo al momento de la conducción.

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