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Policiales
20/01/2018

Se conocieron detalles del ritual satánico en Brasil

Los detalles que se conocieron son la divulgación del testimonio del denominado “testigo clave”, que presenció parte del ritual, el relato eriza la piel.

Se conocieron detalles del ritual satánico en Brasil
E

n agosto del año pasado, ese hombre, albañil, fue contratado por uno de los involucrados para hacer un trabajo de excavación y “fundación” de los cimientos de una casa en la calle donde luego serían hallados los cadáveres. En el lugar debió realizar nueve perforaciones, aunque recordó ante la Policía que cuando llegó ya había dos huecos ya realizados de unos dos metros de profundidad.

 
El testigo trabajó en el lugar durante tres semanas. Un día olvidó su billetera y una campera encima de unas piedras. Se dio cuenta cuando llegó a su casa, cerca de las 22.30. Una media hora después llegó en auto a la casa en construcción, donde fue recibido por Márcio Miranda Brustolin, uno de los cuatro detenidos. “¿Qué está pasando?”, preguntó el albañil al imputado, quien le respondió que se estaba llevando a cabo “un ritual religioso”.
 
El relato que sigue es clave en la investigación. “El testigo relata que estuvo en el lugar entre tres y cuatro minutos. Allí habría visto a los siete involucrados en un semicírculo, rodeados de velas encendidas, y dos niños descalzos en el medio de la ronda. El brujo estaba alrededor de los niños y hablaba ‘cosas extrañas’ en otra lengua”, aseguró ante las autoridades.
 
Sobre los menores, contó que “la niña estaba acostada al lado de una de las perforaciones, boca arriba. Se encontraba inmóvil. No supo decir si estaba drogada o muerta. La otra criatura -el niño- estaba al lado, arrodillado, con las manos entrelazadas. No vio si las tenía amarradas. Ese niño se balanceaba de forma muy lenta”.
 
“El testigo subrayó que los niños estaban encapuchados y no logró ver sus rostros. Dijo que quedó en diagonal al grupo y consiguió ver a los involucrados de frente. Tras tomar sus cosas, volvió a su casa asustado”, reza el expediente.
 
El albañil contó que, al día siguiente, retornó a la obra y no encontró vestigios del ritual, ni siquiera restos de velas. “Según el hombre, una de las perforaciones fue cerrada y no había más en el lugar piezas de concreto”, contó.
 
Días después, Brustolin llamó al testigo clave y le explicó que su perro había encontrado una cabeza humana y que creía que era de uno de los niños. 
 
“Márcio le informó que había arrojado esa cabeza lejos. El testigo llegó a cuestionarle sobre por qué no había avisado a la Policía. Márcio le respondió que lo pensó, pero que no quería tener problemas. Y antes de cortar, le dijo al testigo clave: “no digas nada de eso a nadie”, confirman los documentos.
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