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DESAGRADABLE

19/03/2018

Tras cumplir una condena por prostituir a su hijastra, vuelve tras las rejas al violar a una vecina

Tras ser condenado diez años por prostituir a su hijastra cuando tenía doce años, pagó su deuda con la sociedad, para poco tiempo después terminar detenido nuevamente por violar a una joven de 19 años, por este segundo será condenado a otros doce años en prisión.

Tras cumplir una condena por prostituir a su hijastra, vuelve tras las rejas al violar a una vecina
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orge Ramón (40) no supo aprovechar su segunda oportunidad. Condenado en 2006 a diez años por prostituir a su hijastra cuando ésta tenía doce años, pagó esa deuda con la sociedad y volvió a la calle. Sin embargo, al poco tiempo, terminó detenido por violar a una joven, hecho que ahora finalmente confesó. Lo esperan otros doce años en la sombra.

Acusado por el delito de “abuso sexual con acceso carnal”, el imputado debía sentarse en el banquillo de los acusados del Tribunal Penal 1 de Oberá durante la semana que pasó. Sin embargo, horas antes de responder ante los magistrados Francisco Aguirre, José Rivero y Lilia Avendaño, finalmente confesó su responsabilidad y aceptó la propuesta de juicio abreviado ofrecida por el Ministerio Público Fiscal.

A diferencia de la primera condena que recibió, en esta segunda no tendrá la posibilidad de acceder a la libertad condicional, ya que el tribunal obereño oficialmente lo declaró reincidente por primera vez. Por ello es que pasará un largo tiempo tras las rejas.

Traición a la confianza

Para comprender el camino delictivo del protagonista de la historia -cuyo apellido se mantiene en reserva para evitar la re victimización de quien fuera su hijastra- es necesario remontarse al 2005, cuando fue detenido por primera vez por los efectivos de la Unidad Regional II de Oberá.

En aquel entonces cayó junto a un cómplice, quien posteriormente fue absuelto. Las sospechas en su contra apuntaban a que incitaba a su hijastra de doce años a la prostitución. Los detalles del caso son aterradores: al decir de la investigación, por la fuerza el hombre llevaba a la pequeña hasta la rotonda del denominado “Kilómetro 8” de Oberá, donde la ofrecía a automovilistas y transeúntes.

Del relato de la menor ante la Justicia se desprende que el hombre, en una aterradora paradoja, le enseñaba a su hijastra como “cuidarse” para no quedar embarazada e incluso le vendía profilácticos. No es un error: se los vendía. Así de truculenta resulta la historia.

Lo cierto es que Jorge Ramón finalmente terminó detenido y pagó por aquel delito. El jueves 9 de noviembre de 2006 el Tribunal Penal 1 de Oberá lo encontró culpable de “promoción y facilitación a la prostitución” y lo condenó a cumplir una condena de diez años tras las rejas.

Acechaba en la noche

El sentenciado cumplió parte de esa condena, hasta que accedió a los beneficios que contempla la ley. Sin embargo, estuvo poco tiempo en libertad. Sucede que el jueves 25 de febrero de 2016, hace poco más de dos años, su nombre volvió a aparecer en una denuncia policial.

Esta vez fue una muchacha de 19 años domiciliada en el barrio Docente de Oberá la que lo mencionó ante los efectivos de la UR-II. La muchacha contó que la noche anterior llegó de su trabajo, tomó los medicamentos que a diario ingería para dormir y se acostó.

La joven madre nunca imaginó que su vida cambiaría para siempre. Alrededor de las 2 el sospechoso ingresó en la habitación que alquilaba. Aprovechó que la víctima tenía sus funciones psicomotrices disminuidas a causa de los remedios y la violó. Luego escapó en un intento por no dejar rastros, algo que resultó imposible.

El acusado volvió a ser Jorge Ramón. ¿Cómo llegaron los investigadores de nuevo a él? En medio del horror, la víctima logró reconocerlo: se trataba del mismo hombre que vivía en casa del dueño del inquilinato, quien a diario la observaba de manera sospechosa cuando llegaba al predio.

El banquillo esperaba por el imputado, pero no hubo tiempo para el debate oral. Acorralado por las pruebas en su contra, no tuvo más opciones que confesar el hecho y asumir que había sido él quien le había arruinado la vida también a la joven.

Por delante le esperan ahora poco menos de doce años en prisión, los que deberá cumplir de manera efectiva y sin acceder, por ejemplo, a la libertad condicional, tras ser declarado oficialmente como “reincidente”? por primera vez.