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l crimen por el cual está imputado sucedió en el año 2014 donde Martín Nicolás Olivera (39) asesino de trece machetazos a Juan Pablo Espínola (56), mientras este dormía.
El tribunal penal de Eldorado calificó como “homicidio calificado por alevosía” dándole así la pena más dura que contempla el código penal en Argentina, condenándole así a prisión perpetua.
La audiencia que se llevó a cabo ayer comenzó con alegatos por ambas partes, tras el debate oral que se había empezado el pasado lunes.
El fiscal Federico Rodríguez considero que el crimen se había producido por alevosía ya que el Olivera ataco a Espínola mientras el mismo dormía, sin posibilidad de defenderse, desfigurándole la cara a machetazos. De ahí se calificar el caso como “homicidio calificado” con la mayor pena para el imputado.
Por otro lado, la defensa del acusado, Ana María Mayerhoffer, consideró al crimen como “homicidio simple”, sosteniendo que no existía ninguna persona que atestigüe el momento del crimen. También así recalco que, la pena perpetua se asimilaría a la “pena de muerte”. Remarcando que nadie puede dar certeza de que Espínola se encontrase durmiendo en el momento de su muerte.
Mayerhoffer señaló sobre su asistido que tenía la conciencia “disminuida”, por el consumo de bebidas alcohólicas y posible consumo de estupefacientes. Aclarando que comprendía la criminalidad de sus actos. La misma, solicitó la absolución de su asistido.
Mato de 13 machetazos a su amigo
El 15 de agosto de 2014, en el barrio Bernín, del kilómetro 2 de Eldorado, Juan Pablo Espínola (56) hizo un asado en su casa e invitó a varios de sus conocidos a compartirlo con él, entre ellos se encontraba Martín Nicolás Olivera (39).
Después de consumir vino durante toda la tarde, entre las 19.30 y 20.30, los invitados se fueron a sus casas, pero algunos de ellos siguieron bebiendo y Olivera aparentemente tuvo una discusión con el hijo de la víctima.
Tras esta discusión, el imputado fue a la casa de la víctima y se encontró con Espínola que se encontraba durmiendo en ese momento, y sin dudar le propinó 13 machetazos.
El 16 de agosto, posterior al día del hecho, Martín Olivera fue detenido y confesó dónde estaba el machete, la policía encontró el arma detrás de un conocido supermercado de la zona Oeste, en una casa.
