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LUCHAN PARA ALEJAR EL PENSAMIENTO

05/08/2018

Niñas atacadas sobreviven sin agua potable y el padre no tiene trabajo

La familia de las menores que sufrieron el violento ataque en abril pasado sobre la ruta provincial 20, en Pozo Azul, donde dos menores fueron golpeadas salvajemente y una de ellas fue abusada sexualmente, luchan por no pensar en lo sucedido.

Niñas atacadas sobreviven sin agua potable y el padre no tiene trabajo
E

l pasado 14 de abril sus vidas cambiaron para siempre. Las hermanas, que en ese entonces tenían 6 y 12 años, fueron golpeadas salvajemente y una de ellas atacada sexualmente. 

Trasladadas de urgencia a Posadas, la más chica permaneció con riesgo de vida durante semanas. Sin embargo, ambas están reponiéndose y volvieron a su casa.

Hoy, en medio de todo ese calvario que vivieron, la familia se esfuerza para conseguir ingresos que le permitan paliar las necesidades básicas de los nueve integrantes de la casa. 

El Territorio los visitó y contaron que hacerle frente a la falta agua les está siendo sumamente difícil. Principalmente porque la herida que tiene la más chica todavía no cicatrizó bien y deben higienizarse con agua que sacan de un pozo, sin potabilizar. Y ahora los médicos evalúan someterla a una cirugía plástica.

Sin embargo, el ánimo y la alegría de las niñas, que semanalmente se realizan controles en Posadas, es algo que las caracteriza y parece que no fue afectado por la realidad que las rodea; se nota principalmente durante las clases domiciliarias que reciben diariamente.

Pero la situación es bastante difícil para los padres, Marcelino e Irma, quienes no duermen tranquilos pensando cómo hacer para sacar a todo el clan adelante. El hombre, luego del lamentable hecho, no consiguió trabajo, por lo que se arreglan como pueden con la venta de alguna que otra producción de la chacra y el salario universal. Además debe acompañar a sol y sombra a sus hijos porque “sienten miedo de andar solos”. “Mis hijas están bien, cuentan con asistencia en todo que respecta a la atención médica, la maestra viene a darles las clases, pero estamos pasando por una situación muy difícil”, señaló en diálogo con este medio.

“No tenemos agua, lo que afecta la buena higiene de la más chica, el pozo tiene apenas para tomar. Para nosotros es urgente solucionar esta carencia porque sí o sí se necesita un trabajo con máquinas para arreglarlo”, contó. Añadió: “No tenemos agua ni para bañarnos, así se nos complica mandar a los otros chicos a la escuela y a la nena más chica tenemos que limpiarle dos veces por día la herida en la cabeza y apenas podemos hacerlo con unas gotas de agua”.

“¡Por favor, que alguien nos ayude!”, suplicó a punto de quebrarse.

El líquido la familia lo extrae de un pequeño pozo que comparte con un vecino. En el fondo está cubierto por piedras impidiendo aumentar su profundidad y teniendo en cuenta la escasez de lluvias disminuye su caudal, lo que impide realizar limpieza en la casa como así también llevar adelante algún tipo de cultivos. El baño que usan es una pequeña letrina y ahora, con materiales que les donaron, esperan arreglar un poco la casa.

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