☰
✕
omi es un labrador que nació ciego de un ojo, razón por la cual en vez de ser vendido, fue regalado a una familia a los pocos días de vida. En su casa, la de los Fernández, en Mendoza, lo trataban con amor y dedicación y tenía su rutina: todas las tardes iba a dar una vuelta a la manzana solo y volvía. Un día, hace tres años salió, pero nunca regresó.
Sus dueños lo buscaron incansablemente sin perder la esperanza, mientras Tomi estaba encerrado y era maltratado por desconocidos que lo habían robado y lo usaban para procrear y vender las crías. Así fueron los últimos tres años y medio, hasta que hace unos días, unas fotos suyas aparecieron en las redes sociales.
Marcela Bisacco, una vecina de Luján de Cuyo, lo vio en la puerta de un kiosco, le dio pan y el labrador la siguió y se le subió al auto. "El perro estaba en la puerta, tenía un ojo lastimado, le hice unos mimos porque pensé que estaba esperando a alguien, pero la chica del negocio me dijo que hacía semanas que deambulaba por ahí y ellos le daban de comer" explicó Marcela.
Fue la cicatriz en el hocico y su ojo ciego, claves para reconocerlo. "Cuando lo vi en la redes sociales no lo podía creer, llevábamos años sin perder las esperanzas, pero verlo fue emocionante", dijo su dueño Andrés Fernández a un diario online local.
El encuentro fue en la casa de Marcela que grabó el momento en el que finalmente Tomi vuelve a estar con sus dueños. Cuando la familia Fernández fue a buscarlo, "al primero que reconoció fue a Andrés, y después a Fabiana, la mamá de los chicos. El labrador se tiró al piso para que le hicieran mimos en la panza" .
