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27/12/2018

Claves para mejorar relaciones de pareja en el comienzo de un nuevo año

Siempre que un año se termina se presenta la ardua tarea de hacer un balance, evaluar el presente, y planear el futuro. Los consejos de los expertos para fomentar una relación más amorosa.

Claves para mejorar relaciones de pareja en el comienzo de un nuevo año
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uando uno desea relajarse, descansar y dejar las preocupaciones para otra ocasión, prestarse a la reflexión y al autoconocimiento no es una tarea fácil. Sin embargo, los días de receso pueden ser una buena oportunidad para detenerse a pensar en aquello que pasamos por alto a lo largo de año: la contemplación de un paisaje, pasar tiempo con seres queridos por el bello acto del encuentro, incentivar la imaginación con la lectura, entregarnos al sexo sin apuros o incluso probar nuevas formas de comunicación en la pareja.

"Reflexionar sobre lo que nos pasa en nuestro mundo emocional no es una tarea acostumbrada, más bien diría que si no existen motivos puntuales, se desestima o se posterga para otra ocasión. El vértigo de la vida moderna reduce la percepción de las cosas a la mera utilidad, de esta manera también se restringen los sentimientos, el pensamiento se ciñe a la supervivencia y la vida interpersonal se empobrece", aseguró Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.

Después de años de relación, entrar en el modo piloto automático a veces resulta muy fácil. Y tomarse un tiempo para reflexionar acerca de lo que sucede suele ser de gran ayuda. Por eso, mantenerse activo en la relación, consultar con la pareja y reflexionar corrobora, o no, que ambos miembros se encuentran felices y satisfechos en la unión. Existe una gran diferencia entre el tiempo de calidad y lo que se le asigna a la pareja luego de un día largo de oficina. Encontrar un compañero de vida que valga la pena es difícil en estos días. Apreciar los resultados y compartir lo importante que significa el otro para uno siempre va a dar resultados positivos.

Una de las quejas más comunes entre parejas es la falta de atención a la relación. Demasiadas personas piensan que pueden correr el romance a un segundo plano y enfocarse en otras áreas de su vida. Sin embargo, cuando esto sucede y la relación queda perdida en la lista de prioridades, solo detrás del propio cuidado personal, las cosas comenzarán a deteriorarse.

"Comenzar un año nuevo supone renovar esperanzas en general y en los vínculos personales la presión por hacerlo es mucho mayor. Enfrentar las vacaciones, el tiempo libre de los niños y las fiestas contribuyen al cansancio del año. Por eso estos tiempos traen tensiones y exponen los deseos insatisfechos y las frustraciones", aseveró en diálogo con Infobae la doctora Mirta Goldstein, psicoanalista y vicepresidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

Por todo esto, la experta recomienda no sucumbir a los excesos y exigencias, ya que reconocer los límites reduce el estrés. También propone tratar de reencontrarse con la propia verdad y plantear a la pareja las necesidades.

Para la licenciada Esther Any Krieger, miembro didacta de la misma asociación, el fin del año remueve en nosotros situaciones de despedida y de desapego. "Esto trae consecuencias psicológicas que indefectiblemente tienen que ver con pérdidas y con separaciones. Es natural que frente a esto nuestro ánimo se acelere, nuestro pulso se ponga ansioso y por qué no también melancólico. Es natural que los seres humanos estén convulsionados y saquen cuentas de un año que concluye, que surjan inquietudes afectivas y proyectos", advirtió.

 “Es una época desconocida y frente a eso sugiero el optimismo y la esperanza de que lo nuevo que está por llegar será tal vez una mejoría. Claro que hay que vivirlo con coraje”, advirtió Krieger.

Todas estas acciones, y muchas más, estimulan el mundo emocional. Ghedin propone que antes de sumergirnos en los clásicos "pensamientos automáticos" que guían estos días de cierre de año, nos detengamos a pensar cómo estamos con nosotros mismos y con los demás, no para evaluar los objetivos alcanzados, ni reprocharnos por los postergados, sólo para preguntarnos por nuestra humanidad, si estamos siendo congruentes con nuestros deseos más profundos. "Es un noble compromiso -explicó- intentar saber si nuestro mundo emocional se ha enriquecido o, por el contrario, se ha convertido en un subordinado de la vida cotidiana".

 

¿Qué cambiar? ¿Por dónde empezar?

"En primer lugar conviene tener en claro si el cambio es algo que uno desea o si la presión del cambio viene del afuera, llámese ese 'afuera' a la pareja, los padres, los hijos o un jefe. O si por el contrario, es un deseo propio. El ser humano no aprende necesariamente de la experiencia, es el único ser viviente que tropieza dos veces con la misma piedra. Y, sin embargo, el deseo de cambio puede ser imperioso", sostuvo Juan Tesone, médico psiquiatra y psicoanalista, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

El éxito del cambio se da cuando nace desde un deseo propio, o si la propuesta viene del entorno, cuando la persona la hace propia. "Los motivos del deseo de cambio pueden ser muy variados: desde dejar de fumar, o dejar cualquier adicción, hasta cambiar de pareja, de trabajo o de ciudad", sostuvo el experto.

 

Consejos para un final de año más íntimo

En la búsqueda de organización del tiempo libre se recurre a opciones que terminan siendo contraproducentes, generando ansiedad, discusiones innecesarias y la pérdida de la pretendida intimidad

En la búsqueda de organización del tiempo libre se recurre a opciones que terminan siendo contraproducentes, generando ansiedad, discusiones innecesarias y la pérdida de la pretendida intimidad.

En el fin de año y las vacaciones se juega una invalorable oportunidad para proponer cambios en la vida familiar. "Hay parejas que optan por relajarse, cumplen con saber para dónde van a rumbear, y que lo demás sea obra del tiempo y las circunstancias. Otras quieren tener todo organizado, como si la anticipación cronometrada brindara la certeza de unas vacaciones más 'relajadas'. En esa búsqueda de organización del tiempo libre se recurre a opciones que terminan siendo contraproducentes, generando ansiedad, discusiones innecesarias y la pérdida de la pretendida intimidad", advirtió Ghedin.

Para el experto, el fin de año y el período vacacional deben asumirse como un descanso, el recupero de acciones que se pierden o se relegan durante el año, por ejemplo: la comunicación profunda, la manifestación de afectos, la capacidad de juego, la distribución de actividades para que nadie se sienta sobrecargado de tareas o la distribución equitativa de responsabilidades.

"Todas estas acciones y muchas otras ayudan a restablecer una interacción más saludable dentro del ámbito privado de la familia y la pareja. Es posible que con los hijos exista más paciencia, flexibilidad y hasta armonía en el tiempo de vacaciones", concluyó.

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