ustavo Alfaro empezó a darle forma al nuevo Boca. En medio de ensayos tácticos, paró el primer equipo de la pretemporada y puso a Carlos Tevez como titular.
Los equipos de Alfaro solían armarse de atrás para adelante, privilegiando el cero en el arco propio y con las viejas premisas que todos conocemos. Orden atrás, pierna fuerte en el medio, un par de volantes de buen pie para armar juego, ida y vuelta por las bandas y arriba, un clásico: uno por afuera, otro por adentro.
Aunque sólo lo conocía de vista, de haberlo enfrentado un par de veces como técnico de Gimnasia y Huracán, Alfaro siempre tuvo al ídolo entre sus jugadores favoritos. Por carisma, por trayectoria, por todo lo que ganó y aún puede ganar en el fútbol. Por eso lo primero que se propuso después de probarse el buzo de Boca fue intentar recuperar al Apache, hacerlo sentir importante y entregarle, simbólicamente, las llaves del equipo.
El nuevo técnico xeneize eligió un esquema de juego diferente al que venía utilizando Guillermo Barros Schelotto en los últimos meses: cambió el 4-3-3 por el 4-2-3-1. De esta manera incluyó a Tevez atrás del centrodelantero, como ya había le había anticipado en una charla que tuvieron en Cardales.