uizá parezca que el Louvre Abu Dhabi tiene todo lo que podríamos pedirle a un museo de clase mundial. Su diseño aclamado cubre sus galerías con un enorme domo que parece flotar sobre las aguas del Golfo Pérsico. En el interior se encuentran obras de Rembrandt y Vermeer, Monet y Van Gogh, Mondrian y Basquiat.Sin embargo, no está la obra que, según habían prometido en el Louvre de Abu Dhabi, anclaría en su colección: Salvator Mundi, la pintura de Jesucristo atribuida a Da Vinci.
Pocas obras han evocado tanta intriga, ya sea en el mundo del arte o entre las cortes de la realeza del Golfo Pérsico. En primer lugar, su autenticidad como creación de Leonardo fue tema de un intenso debate. Después, en noviembre de 2017, se convirtió en la pintura más cara vendida en una subasta, a US$450,3 millones de un anónimo que resultó cercano y posible representante del príncipe heredero Mohammed ben Salman, gobernante de Arabia Saudita.