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l sábado al mediodía, Jacqueline Fátima Márquez, de 59 años, conducía su camioneta Ford EcoSport negra en la zona de las Altas Cumbres, Córdoba. Junto a ella viajaban sus hijos Galo, de 19, e Ivo Leonel, de 9. Todos iban con los cinturones de seguridad ajustados. Sin embargo, una pequeña desconcentración fue suficiente como para que el placentero trayecto desembocara en el abismo. Entre el kilómetro 35 y 36 de la Ruta E34, la mujer perdió el control del vehículo y la camioneta cayó al vacío.
El rodado se frenó unos 30 metros abajo, gracias a una piedra, semi escondida entre la naturaleza muerta de la pradera. Esa misma roca fue clave para que los tres ocupantes pudieran sobrevivir. De no haber sido así, el vehículo hubiera caído hacia un profundo arroyo y tanto la madre como sus hijos habrían corrido el riesgo de ahogamiento.
Así y todo, el golpe fue rotundo. La caída era muy empinada y si bien todos los ocupantes tenían los cinturones puestos, las graves lesiones fueron inevitables. Jacqueline no podía salir del asiento del conductor. Su puerta, retorcida, se encontraba inmovilizada junto a la roca. Además, había sufrido fracturas en sus dos brazos (la lesión en una de ellas, con rotura expuesta, grave). Los chicos no gritaban. El shock daba lugar al pánico pero no había gritos.
Así, mientras la madre y Galo, que había padecido un fuerte golpe en su cabeza, se quejaban del dolor sin poder moverse demasiado de sus lugares, fue el propio Ivo quien tomó las riendas para empezar a gestar el rescate y salvar la vida de sus familiares.
"Ma, quedáte tranquila, yo voy a subir para pedir ayuda", fueron las palabras del pequeño. Apenas salió por una de las ventanas, Ivo pensó cómo subir esa inmensa pared de roca. Así tuvo que emprender camino por un sendero improvisado hacia la derecha y recién pudo llegar a la superficie en un punto que se ubicaba a unos cien metros del lugar donde se encontraba la camioneta con su madre y su hermano. El pequeño se plantó en el medio de la ruta, justo en la zona entre Giulio Cesare y el paraje Nacimiento Río Mina Clavero, paró a un auto que circulaba y le comentó todo lo sucedido. Fue entonces cuando se dio aviso al cuerpo de rescate de bomberos de Mina Clavero.
"Ingresó un llamado al cuartel cerca de las 12:45 del mediodía. Según nuestras estimaciones, el accidente había ocurrido una media hora antes. Afortunadamente, nos encontró con varios equipos de rescate preparados, porque estábamos en el medio de una misión de búsqueda de una persona desaparecida", le explicó a Infobae el rescatista Marcelo Tobares, del cuerpo de bomberos de Mina Clavero, en diálogo telefónico.
Al llegar al lugar, el cuerpo de rescatistas se encontró con el pequeño Ivo, que ya estaba siendo contenido por una mujer policía y algunos vecinos de la zona. Luego, comprobaron que las tareas de rescate de Jacqueline y Galo serían más complicadas de lo esperado.
"Era una zona peligrosa y muy empinada. No podíamos descender con arneses porque la pared era irregular. Además, había que hacer diferentes tareas dentro del mismo vehículo como para poder sacar a la mujer y el otro chico", detalló Tobares.
Los rescatistas apelaron al mismo recorrido que había utilizado Ivo para llegar a la camioneta destrozada. Ahí comprobaron las graves heridas en las extremidades de la mujer.
"Cuando llegamos, ambos estaban conscientes. Para nosotros era muy difícil trabajar porque el terreno era irregular y estaba muy empinado. De no haber sido por esa piedra, la camioneta podía haber terminado en un arroyo y ellos podían haber muerto ahogados", completó.
Los dos ocupantes todavía tenían los cinturones de seguridad puestos. Después de un par de maniobras fáciles, Galo pudo salir del lugar, pero con la mujer las tareas eran más complicadas.
"Además de contener y sanar las graves heridas en las extremidades, debíamos hacer varias maniobras para sacarla. La puerta se encontraba muy aplastada contra la piedra. La camioneta cayó de punta", reveló.
Infobae se puso en contacto con la familia Márquez, pero sus integrantes prefirieron no hacer declaraciones por lo sucedido. Así y todo, de acuerdo al relato de los rescatistas, el pequeño Ivo se mantuvo en silencio y tranquilo durante todo el proceso de rescate de su madre y su hermano.
"Durante su rescate, yo estuve al lado de la madre a todo momento. Ella no paraba de preguntar por sus hijos. Era lo único que decía. Yo decidí no preguntarle cómo se había producido el accidente. A veces, en esos momentos el hecho de recordar el momento del accidente puede provocarles un estrés emocional y eso no ayuda para su rescate. No ayuda en nada", explicó Tobares.
Después de una hora de trabajo, madre e hijo fueron retirados de la camioneta. Justo antes de ser derivados al hospital de Mina Clavero, Galo comenzó a evidenciar síntomas de la grave contusión en la cabeza. Por eso, se resolvió derivarlo a un hospital de Villa Carlos Paz.
Asimismo, Jacqueline e Ivo fueron internados al hospital de Mina Clavero, aunque horas después los trasladaron al mismo centro de salud donde se encontraba Galo.
Según el rescatista, la familia Márquez resultó muy afortunada al salvar sus vidas. Incluso, advirtió que los accidentes de caídas de vehículos en las Cumbres son más comunes de lo que se cree.
"La gente a veces ni se entera, pero en la zona en la que nosotros trabajamos, este tipo de accidentes se repiten muchísimo. Además, hubo mucha fortuna. En el 90 o 95 por ciento de los casos, estos accidentes terminan con víctimas mortales. Este año ya tuvimos dos rescates así en las Altas Cumbres, y en ambos accidentes los ocupantes de los vehículos murieron".
Si bien tanto a Ivo como a Jacqueline se les pensaba dar el alta en las próximas horas, el caso de Galo se presentaba con más complicaciones: fue sometido a una cirugía por el golpe en su cabeza y se aguardará su evolución en el transcurso de la semana.
