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l crimen del mago Leonardo Fernández, de 53 años, y su novia Jessica Alberti, de 24, destapó una trama siniestra y sigue siendo un misterio. La pareja fue encontrada sin vida por la policía en medio de una escena brutal en una casa de San Fernando.
Esa casa era de Rubén Andrés Grasso (36). Cuarenta minutos después de que llegara junto a sus víctimas, los vecinos llamaron al 911 porque escucharon ruidos y pedidos de ayuda.
El mago era conocido por realizar espectáculos en la zona norte. Pero según la hipótesis inicial de los investigadores ese no era su principal ingreso.
De hecho, distintos elementos lo vincularían a negocios ligados al narcotráfico. Ese habría sido el móvil del brutal ataque.
“Es un departamento de dos ambientes moderno, pero chico. Había signos de lucha en el living. Al hombre lo encontramos muerto en el baño, como si lo hubieran golpeado en la cabeza por la espalda, mientras estaba de rodillas. A la chica la encontramos en el umbral de la habitación”, detallaron fuentes que estuvieron en la escena del crimen.
Ambos tenían el rostro cubierto “con telas o ropas, como si hubieran estado privados de la libertad durante todas esas horas”, indicaron.
Si bien los cuerpos no estaban atados, cerca de ellos encontraron algunos elementos que podrían haber sido usados para ese fin. Ahora deberán esperar las pericias para confirmarlo.
El resultado de la autopsia indicó que ambos murieron el jueves alrededor de las 22, es decir 22 horas después de entrar a la casa de San Fernando. Los golpes y las heridas de las víctimas indicarían que fueron “golpeados durante horas”.
Lo cierto es que mientras los agredían, alguien estaba en la casa que Fernández compartía con su novia Jéssica, revolviendo todo en busca del botín. Se trataría de un total de USD 150 mil que no se sabe dónde están ni de dónde salieron.
El ataque no se terminó con el doble crimen. El viernes alrededor de las 4 de la mañana un patrullero de la Comuna 4 que realizaba su recorrida se detuvo en La Rioja al 1700. Allí, una camioneta Ford EcoSport estaba adentro, con las luces encendidas y el garaje a medio abrir.
Cuando los oficiales se acercaron encontraron a Alexis Miguel Bonnet (28) revolviéndolo todo. Bonnet había llegado en el auto de Leonardo Fernández.
“Encontramos 150 gramos de cocaína, balanzas, elementos para corte, cuadernos y anotaciones desprolijas de todo tipo que nos muestran que el mago también se dedicaba a esta actividad y movía grueso”, dijo una fuente judicial a Télam respecto de lo que hallaron en la casa de la víctima.
Bonnet, por su parte, fue detenido y acusado de robo. Quedó a disposición del Juzgado Nacional N° 17, a cargo de Gustavo Pierrett y confesó que lo habían contratado para cometer el asalto y vaciar la casa de Parque Patricios.
Cuando la policía llegó al domicilio de Rubén Grasso, se topó con los cadáveres de Jéssica y “Alex”. Esa parte de la causa quedó en manos de la fiscalía descentralizada de San Fernando, a cargo de Alejandro Musso que espera recibir el expediente completo durante las próximas horas.
Finalmente Grasso fue capturado el domingo por la noche en un hotel de Quilmes, donde se escondía. Fue a partir del trabajo de la Brigada de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad. Tenía cocaína, $500, el DNI de una de las víctimas y dos teléfonos celulares.
El otro sospechoso es Roberto Juan Alegre, hermanastro de Grasso y el único con antecedentes: estuvo involucrado en una causa del 4 de febrero de 2003 (“robo simple en grado de tentativa”) en el Departamento Judicial Quilmes y en otras dos de enero de 2017 (“robo” y “tentativa de robo”, en Berazategui.
