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REFLEXIÓN

15/11/2019

"Escuchando la naturaleza"

El Padre Ricardo Clos brinda un mensaje muy importante con recomendaciones para una buena vida.

H

ace unos cinco años, en la zona más verde de Iguazú, las dos mil hectáreas, nos habíamos quedado sin quincho y sin Capilla pues estaban recién comenzándola.

Domingo a media mañana. La naturaleza reventaba de verde y vi​da pues había llovido en abundancia hasta unos días antes. Nos ubicamos bajo unos tupidos árboles no muy altos para la celebración. Unas treinta personas. Después de la Primera Lectura, estábamos por compartir un trozo del SALMO ECOLOGICO 104, cuando alguien tuvo una inspiración.

Propuso en lugar de la lectura del Salmo que escucháramos a unos pájaros que se habían instalado muy cerca de nosotros. Creo que eran​ boyeros. Muy alborotados y vivaces parecía que estaban celebrando un​ cumpleaños o una boda. Hubo una pausa de sorpresa ante la sugerencia. “Escuchemos lo que cantan, lo que dicen, en directo, en audio, sin​ que pase por el papel ".

Así lo hicimos, 3 ó 4 minutos. Notando que estábamos muy sorprendidos y hasta una abuela emocionada y se le escapan algunas lágrimas, pregunté: " Qué decían los pájaros ". . . Las respuestas me dejaron maravillado:

- Que ellos también alababan al Señor por la vida que les había dado...

- Que agradecían por la oportunidad que les dimos. Era la primera vez que recibían una atención como esta.

- Que nunca les había faltado alimento hasta ahora desde que​ estaban en las 2.000.

- (Con humor) Que si los invitaban todos los domingos iban a formar un corito. Y que en ausencia nuestra, iban a cuidar el lugar. Si había problemas, iban a ir a avisarnos. . .

​ La lectura del Evangelio que pícaramente leí, vino como anillo al dedo: " Te alabo, Padre, porque has mantenido ocultas estas cosas a​​ los sabios y las revelaste a la gente sencilla..." Mateo, 11, 25.

LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO. LA BELLEZA DE LO SILVESTRE, LA SABIDURIA DE LO COMUN Y COTIDIANO, LA RIQUEZA DEL CORAZON​ PROBABLEMENTE CON LOS BOLSILLOS BIEN LIVIANITOS. Realmente​ el Espíritu sopla donde quiere.

Lo que cuento se parece mucho a lo que se conoce como FLORECILLAS DE SAN FRANCISCO. Y pensé en voz alta: " ¡Cuántas perlas nos perdemos diariamente por andar tan acelerados. Quizás de apurados ​que estamos PISAMOS LAS FLORECILLAS!!!.

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