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SALTA

13/02/2020

Cifras que duelen: el mapa del hambre en la Argentina

La situación de vulnerabilidad en las zonas rurales y urbanas. Poblaciones que se encuentran con niños de entre cero y cinco años en riesgo de inseguridad alimentaria.

Cifras que duelen: el mapa del hambre en la Argentina
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a muerte de ocho niños wichís en Salta por desnutrición, alertó sobre la situación crítica que no sólo vive desde hace años la provincia, sino también la realidad en la que se encuentra la Argentina. Víctimas de una pobreza estructural sin acceso al agua potable, a los alimentos, a la salud, a una vivienda, a un hábitat saludable y a actividades que les garanticen la subsistencia, son poblaciones con niños que se encuentran en riesgo y en emergencia. En zonas rurales o urbanas, la inseguridad alimentaria ataca a los más vulnerables: los menores de entre cero y cinco años.

El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica (UCA), realizó una proyección de la inseguridad alimentaria,  a partir de una medición de la encuesta de la deuda social argentina,  que buscó captar la situación de vulnerabilidad al acceso de los alimentos por problemas económicos. El resultado dio unos 9514 hogares en riesgo crítico y alto en toda la Argentina.

"La cartografía nos permitió saber la incidencia del problema y la magnitud. Las zonas rojas del noroeste argentino (NOA) y del noreste argentino (NEA),  son las más afectadas, como alguna zona de la Patagonia, como Neuquén y Río Negro, sobre todo", le aseguró a cronica.com.ar la coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, Ianina Tuñón.

"La seguridad alimentaria en zonas rurales y urbanas son muy diferentes. Hoy son noticia los Wichís que tienen una problemática estructural porque están privados de medidas de saneamiento mínimas.  Por la falta del acceso al agua son niños que padecen de deshidratación, que no les permite ingerir los alimentos a los cuales pueden acceder, porque los  alimentos se absorben a través de la hidratación", aseguró Tuñón.

Para la coordinadora del barómetro, el  problema estructural es distinto en las zonas rurales que está asociado a la desnutrición infantil. En cambio, en zonas como el conurbano bonaerense, el problema está asociado a la obesidad infantil. "Porque principalmente se consumen harinas, arroz, fideos, carnes con mucha grasa,  y ahí  la contra cara es la obesidad infantil", dijo.

"En la política que está diseñando el nuevo gobierno, con la tarjeta alimentaria por ejemplo, se ataca la coyuntura y la crisis de una problemática urbana. No atacan las problemáticas estructurales como en las zonas rurales y los Wichís", aseguró Tuñón. 

Para la investigadora, "hay que comprender lo que está sucediendo" ya que son poblaciones que no tienen acceso a los servicios básicos, tienen dificultades para acceder al agua potable, a un hábitat "relativamente" salubre, tienen problemas para acceder a los alimentos porque son sumamente pobres y no tienen una economía,  ni una actividad,  que les pueda garantizar su subsistencia.

"Hay que comprender lo que está sucediendo para poder diseñar políticas que se adecuen a estas poblaciones", señaló Tuñón.

En Argentina,  está la pobreza monetaria que es la que se define por ingresos, y que se relaciona a los hogares que están por debajo de un umbral que les permite adquirir una canasta básica.  "Hay entre un 35 y un 40 por ciento en la pobreza, y un 50 por ciento de niños en esas condiciones, aunque también hay niños muy por debajo", expresó la coordinadora del barómetro.

"La pobreza más estructural o crónica es la que está asociada a hogares que no tienen acceso al agua potable, a las cloacas, viven en hacinamiento, tienen bajo nivel educativo, como mucho tienen estudios hasta la primaria y algunos niños ni siquiera va a la escuela. Esa es una pobreza con múltiples dimensiones y con condiciones muy difíciles de revertir", explicó.

Según la coordinadora, en los últimos dos años, la crisis socio económica profunda se conjugó con un mercado de trabajo muy recesivo,  que afectó a los sectores más precarizados. "A los que recibían transferencias de ingresos que generaban a través de changas.  la recesión les provocó que esos trabajos dejaran de tener la constancia que tenían en sus economías. Hoy la transferencia de ingresos está lejos de poder garantizar una canasta básica alimentaria", concluyó.

María Lapasset, es médica (MP 2205), especialista en cardiología infantil y dirigente de Unidad Popular en Salta y conoce bastante la situación alarmante en la que se encuentra la  provincia. "Encabezamos las estadísticas de pobreza o estamos dentro de los cinco primeras provincias más pobres. Las cifras de la  pobreza, la desocupación, el trabajo en negro, como la mortalidad infantil y la materna, son los indicadores de cómo está la salud de la población. Solemos estar detrás de Chaco, Formosa y Corrientes, pero siempre estamos en los primeros lugares", aseguró. 

Para la médica, no hay cifras oficiales de los niños en riesgo o "se dibujan" las estadísticas. "En el caso de la desnutrición no tenemos cifras exactas,  no sabemos oficialmente cuántos hay porque se dibujan las cifras y los diagnósticos", aseguró Lapasset.

La médica asegura que los agentes sanitarios no registran como corresponde el estado nutricional de los chicos, no se sabe los casos de desnutridos leves, ya que sólo figuran los graves,  y esto impide detectar tempranamente los casos, por lo que el sistema los detecta cuando ya son desnutridos severos.

"Eso no sólo pasa para los pueblos originarios, sino en la totalidad de la provincia. Ocultan la información y se dificulta la detección a tiempo", alertó.

"De todo lo que se ha venido proponiendo nada ha funcionado. Mueren por desnutrición, se produce el gran escándalo pero nunca se va a solucionar el problema si no se lo enfrenta, y sino se enfrenta la realidad", aseguró.

"La desnutrición  no es un problema sanitario,  es un problema social y es político. El niño desnutrido muchas veces está en una familia desnutrida. En el caso de los pueblos originarios,  son comunidades que han quedado a la deriva después de los desmontes, que eran sus lugares de vida. En el chaco salteño, todos los días se les está quitando las tierras. Es una realidad actual,  ellos se quedan sin su recurso de subsistencia, su modo de vivir es la caza, la producción de alimentos en un medio natural selvático. Les han quitado eso luego los toman como trabajadores  y los explotan", concluyó la médica.

Los hogares en riesgo

En Argentina, las cifras de los hogares que se encuentran en riesgo de inseguridad alimentaria son alarmantes. Los Hogares en riesgo crítico y alto, tanto en zonas urbanas como rurales, con menores de entre  0 a 5 años, son:  Buenos Aires con 3543 hogares, Santa Fe con 658, Córdoba con 554, Santiago del Estero 539, Entre Ríos con 484, Corrientes con 389, Chaco con 380, Salta con 383, Tucumán con 371, Misiones con 330,  Formosa con 257, Mendoza con 219, Neuquén con 207, Jujuy con 197,  San Juan con 184, Río Negro con 179, Chubut con  156 , la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 138, Catamarca con 127, San Luis con 116, La Pampa con 70, La Rioja con 51, Santa Cruz con 29 y Tierra del Fuego con 19 hogares.

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