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DÍA MUNDIAL DEL CEREBRO

22/07/2020

¿Cómo mantener un cerebro saludable durante el aislamiento por COVID-19?

Profesionales consultados remarcaron la importancia de mantener nuestro principal órgano activo para ganarle a la depresión, miedo y soledad.

¿Cómo mantener un cerebro saludable durante el aislamiento por COVID-19?
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i bien el aislamiento social, preventivo y obligatorio es necesario para controlar la pandemia por COVID-19 desatada en el mundo y que en Argentina tiene en estos días la mayor tasa de contagios y muertos, también puede llevar a descuidar ciertos aspectos fundamentales para la salud cerebral, como la buena alimentación, la actividad física, los controles médicos y la socialización en general.

Actualmente, cientos de millones de personas en todo el mundo sufren de trastornos neurológicos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con alrededor de 6 millones de personas que mueren cada año por accidentes cerebrovasculares (ACV), más de 50 millones con epilepsia y 47,5 millones que padecen demencia, siendo la enfermedad de Alzheimer la causa más común. Datos a tener en cuenta hoy, una fecha especial por celebrarse el Día Mundial del Cerebro. “Los trastornos neurológicos son enfermedades del sistema nervioso central, periférico y de los músculos. Entre los trastornos más comunes se encuentran la epilepsia, la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, enfermedades cerebrovasculares, la migraña y otras cefaleas, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, infecciones neurológicas, tumores cerebrales, entre otras”, explicó a Infobae la doctora Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.

Siguiendo a la profesional, se considera que una persona tiene un cerebro sano cuando es capaz de prestar atención, puede recibir y reconocer la información que le llega del exterior a través de los cinco sentidos, además de tener la capacidad para aprender cosas nuevas y recordar eventos pasados. También son rasgos característicos de un cerebro el tener un buen estado poder comunicarse, resolver problemas y tomar decisiones, así como tener motricidad y ser capaz de controlar y regular las emociones.

La doctora Gabriela Ferretti, Divulgadora Científica de Grupo Medihome (MN 81.108), detalló a Infobae cómo afecta la situación de aislamiento obligatorio a las personas con enfermedades cerebrales. “El aislamiento o distanciamiento físico tiene un impacto negativo para todas las personas, máxime cuando se acompaña de un fuerte cambio de hábitos para la sociedad en general. En muchas ocasiones, las personas que padecen una enfermedad, requieren de aislamiento, por ejemplo, cuando ven menoscabada su inmunidad como es el caso de las neutropenias (disminución de la cantidad de glóbulos blancos). Esta condición de no poseer capacidad de defenderse de los microorganismos los obliga a mantenerse aislados físicamente del resto de las personas.

Esto es habitual que ocurra en pacientes que están realizando quimioterapia u otras enfermedades con compromiso del sistema inmune, pero sólo quien lo padece y su entorno intimo son los únicos afectados por la situación. Esta irrupción en lo cotidiano que transforma la vida misma, no está exenta de angustias y dolores por la pérdida del estado previo de bienestar.

“En estos tiempos de pandemia, la situación afecta a la comunidad toda, pasa a ser parte de la conciencia colectiva. Esto que ocurre en cada casa, se palpita desde los medios de comunicación, las redes, en las conversaciones con los otros es insoslayable compartir vivencias de los nuevos hábitos que tanto nos impactan. La visibilidad de la problemática del aislamiento producida por amenazas de gérmenes, sin duda transformara nuestra mirada, que antes solamente era privativa de algunas personas con ciertas enfermedades”, agregó la experta, que indicóque las personas con daño en su sistema nervioso, sea cual fuere el tipo y gravedad de la misma, los posiciona en un lugar de mucha vulnerabilidad psíquica, ya que muchos consideran que no cuentan con las herramientas físicas y mentales para enfrentar la amenaza del coronavirus.

¿Cómo inciden las emociones en el estado del cerebro?

Las emociones se tramitan dentro de nuestra cabeza según los circuitos a los que estemos acostumbrados a manejar. Este es un sello que nos es propio. Cada uno procura utilizar el “combustible emocional” que mejor le genera bienestar. Los cambios abruptos impuestos por el entorno generan un impacto negativo en nuestra psiquis y la respuesta adaptativa será diferente en cada uno de nosotros. Todo lo que signifique la perdida de nuestras libertades de obrar como lo era habitualmente conlleva un proceso de adaptación que pondrá a prueba nuestra “caja de herramientas” disponible para superar la situación.

¿Qué estrategias pueden realizarse en casa para la estimulación cerebral en distintos momentos de la vida (temprana edad, avanzada, etc.)?

“La función hace al órgano” versa un antiguo y muy conocido aforismo, el que es un fiel reflejo de la realidad. Nuestro cerebro se nutre de estímulos, los cuales procesa generando nuevas conexiones entre neuronas que enriquecerá nuestro desempeño físico y cognitivo. Cada grupo etario requiere de un estímulo diferente según su estadio vital. Los niños pequeños que están desarrollando su lenguaje necesitan de la interacción oral con otros para construir la función de la comunicación verbal.

Las personas mayores, cuyo sistema ya está totalmente organizado, requiere del estímulo múltiple para poder mantener las funciones aprendidas. “Las sendas en el campo que no son transitadas con frecuencia, son invadidas por los pastos y ya no podremos reconocer donde estaban”, dice un viejo dicho que circula entre los paisanos. Lecturas con cotejo de la interpretación y aplicación de lo leído, juegos interactivos, juegos de ingenio son algunas de las actividades de fácil aplicación en casa.

Quienes tienen afectada su función cerebral, requieren de un esfuerzo extra para poder superar estos escollos. La comunicación fluida, el desafío de una habilidad cognitiva nueva: puzles, crucigramas, sopa de letras, juegos de adivinanzas, de memoria entre muchos otros, son la estrategia asequible en estos momentos donde la interacción física se encuentra limitada por la situación.

Debemos entender el distanciamiento social más como un distanciamiento físico puro y no como un distanciamiento emocional. La adherencia a la comunicación remota, virtual o telefónica debería poder ayudarnos a suplir la cercanía física perdida.

¿Cómo actuar en el contexto de pandemia ante un caso de emergencia cerebral? ¿Cuáles son las señales de alerta a las que debemos estar atentos?

Hay algunas situaciones que debemos saber reconocer a tiempo para actuar con la celeridad necesaria para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuado. Asimetría en la cara al momento de sonreír, debilidad en un brazo o una pierna, dificultad para hablar o entender de aparición súbita, así como también la perdida súbita del conocimiento o la ocurrencia de una convulsión en una persona que no las padecía previamente, nos tiene que hacer pensar que un evento cerebrovascular puede estar ocurriendo. Sin demoras ni dilaciones, ni búsqueda de explicaciones poco fundadas nos debe movilizar a ponernos en contacto con el servicio de emergencias.

En ocasiones, la irrupción de un síntoma en un allegado o en nosotros mismos, nos puede paralizar y esperar a que el síntoma ceda espontáneamente. En estas épocas de pandemia, se agrega el miedo al contagio en los centros de salud. Debemos tener especial conciencia de la situación y actuar con rapidez.

La intervención oportuna ira en beneficio de los resultados a corto y a largo plazo, preservando la vitalidad de las áreas del cerebro afectada.

¿Cuáles son las enfermedades cerebrales más usuales y cuáles son las menos frecuentes a escala país?

En la Argentina, la carga de enfermedad neurológica alcanza casi el 11% de todas las enfermedades. Lidera las estadísticas el compromiso cerebrovascular (6%), seguidos por las demencias, epilepsias, meningitis, Esclerosis Múltiple y Parkinson en orden de importancia estadística.

¿Cuáles son las poblaciones más vulnerables respecto de las enfermedades cerebrales y por qué?

Se reconocen más de 600 enfermedades neurológicas que pueden afectar a todos los grupos etarios. Sin duda la población de personas mayores son las más afectadas y se correlacionan con los factores de riesgo propio del paso de los años así como con la hipertensión arterial, la diabetes, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo.

¿Los problemas respiratorios que causa en COVID-19, ¿tienen que ver con los daños a nivel neurológico?

El COVID-19 ha mostrado tener impacto en nuestro sistema nervioso. Si bien no son totalmente conocidos todos los mecanismos de acción lesiva, si podemos reconocer síntomas banales como dolores de cabeza y la tan conocida perdida del olfato y del gusto que se presentan con esta enfermedad. Por otra parte, este virus puede generar alteraciones en la coagulación de la sangre predisponiendo a la formación de coágulos con mayor número de casos de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.

Asimismo, se han consignado aumento del número de caso de Guillain Barre, una poliradiculoneuropatía de instalación aguda o subaguda que se presenta como pérdida de fuerza de inicio en las piernas que va “ascendiendo” por el cuerpo con distinto grado de debilidad.

¿Qué mensaje te gustaría dar en el Día Mundial del Cerebro?

El cerebro es un órgano complejo, resiliente y vital para nuestra existencia y el contacto con el mundo exterior. Estas funciones tan especializadas requieren del aporte de nutrientes adecuado, no solo de la alimentación en términos concretos, sino también del aporte de estímulos que le permitan su desarrollo y su alto nivel de elaboración intelectual. Esa fortaleza y nivel de especialización se conjuga con una vulnerabilidad que debe ser atendida en algunos casos con la celeridad necesaria para evitar la perpetuación del daño.

Cuidemos nuestros pensamientos, fomentemos las emociones positivas, aprendamos todos los días algo nuevo, realicemos actividad física, evitemos los hábitos tóxicos y mantengamos nuestro peso corporal, la glucemia y la tensión arterial en cifras normales. Esto nos ayudara a contar con nuestro principal aliado, nuestro cerebro.

La doctora El Haj también compartió algunos consejos útiles que debemos tener en cuenta para prevenir las patologías cardíacas, accidentes cerebrovasculares y el deterioro cognitivo general:

- Controlar la presión arterial: la presión arterial debe mantenerse por debajo de 120/80 mm. Uno de los pilares fundamentales para prevenir la hipertensión es moderar el consumo de sal y alcohol, hacer ejercicio de manera regular, reducir el estrés y dejar de fumar. También es importante beber mucha agua.

- Mantener estable los niveles de colesterol: el colesterol debe estar por debajo de los 200mg/dL en sangre. Para lograrlo, se recomienda reducir el consumo de alimentos de origen animal, prescindir de la comida “chatarra”, apostar por los frutos secos, los granos enteros, las frutas y los vegetales, así como también por el pescado y el aceite de oliva.

- Mantener estable la glucemia: la dieta y el ejercicio son dos factores fundamentales para mantener estable la glucosa en sangre. Por ejemplo, es importante consumir alimentos proteicos, desayunar y elevar las cantidades de fibra de la dieta, además de estar bien hidratado.

- Ser físicamente activo: distintas investigaciones han puesto de manifiesto los beneficios del ejercicio para desarrollar la capacidad de resolver conflictos, detectar errores, planificar y poder realizar varias tareas a la vez e, incluso, aumentar el volumen de la estructura cerebral, clave para la memoria.

- Consumir una dieta saludable: la alimentación influye en numerosos aspectos de la salud. La clave para llevar una dieta sana es que sea variada e incluya alimentos de los distintos grupos de la pirámide nutricional. También debe ser equilibrada- comer cantidades moderadas y seguir un horario regular de comidas- e incluir al menos cinco comidas diarias.

- Mantener el peso: el exceso de peso o la obesidad es una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y el cerebro. Además, se estima que las personas obesas o con sobrepeso tienen un 35 por ciento más de probabilidades de padecer Alzheimer.

- Dejar el tabaco: el humo del tabaco no sólo daña los pulmones y el corazón, también afecta al cerebro. Las personas fumadoras sufren un adelgazamiento de la corteza cerebral, lo cual provoca envejecimiento y disminución de la inteligencia.

- Seguir aprendiendo y desafiar al cerebro: continuar la educación puede ayudar a reducir el riesgo de declive cerebral y demencia. Asimismo, también es importante hacer actividades que nos obliguen a pensar, ya sea armar un rompecabezas, crear construir algo para la casa o jugar a algún juego de mesa.

- Mantenerse sociable: se ha mostrado que las personas que tienen una vida social activa también tienen cerebros más activos y sanos. En un contexto de aislamiento se recomienda mantener el contacto nuestros afectos a través de videollamadas, redes sociales y otras tecnologías de la

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