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TOMA DE KABUL

30/08/2021

“Tengo miedo, vivo escondida”: el testimonio de la conductora de la televisión afgana más famosa hasta el regreso talibán

Moska Sangar Niazay era presentadora en la televisión estatal, pero ahora lleva semanas cambiando de refugios para no ser encontrada. “Las mujeres nos hemos sacrificado mucho”.

“Tengo miedo, vivo escondida”: el testimonio de la conductora de la televisión afgana más famosa hasta el regreso talibán
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oska Sangar Niazay es una cara conocida en Afganistán. Hasta hace algunas semanas era la conductora del noticiero central de la televisión estatal. Estaba en su oficina cuando los talibanes tomaron nuevamente Kabul: “Dos colegas entraron, muy preocupados y asustados. Me rogaron que me vaya a mi casa, que la oficina ya no era segura”, recordó esta semana en diálogo con TN Internacional. Desde entonces vive escondida.

Entrevistar a Moska no fue sencillo. Carolina Amoroso y yo estuvimos en contacto con ella durante días a través de whatsapp antes de poder hacerle algunas preguntas. “No estoy en un buen lugar ahora”, se excusaba una y otra vez. Explicó que va cambiando de refugio y con cuidado en cada movimiento: sale con hiyab, como usó siempre, pero además con el resto de la cara cubierta y sin un rastro de maquillaje. A diferencia de otras mujeres que optaron por cubrirse más que antes por temor a la observancia religiosa talibana, Moska sólo apunta a no ser reconocida. Siente que podría ser peligroso.

“Nosotras las mujeres hicimos muchos sacrificios, nos esforzamos mucho para llegar a la posición en la que estamos”, remarca. Cuando nació, las mujeres no tenían permitido estudiar y ella llegó a tener un máster en Administración. Remarca el apoyo de su familia que incluso en esta época resistió comentarios negativos por “permitir” que una mujer de la familia saliera en televisión.

Mientras que periodistas de otras señales han podido regresar a sus trabajos, no es el caso de las mujeres de la televisión estatal. “Mis colegas mujeres fueron al edificio pero los talibanes no las dejaron entrar, les dijeron que se vayan y se queden en sus casas. Que nos anunciarían cuándo podríamos volver. Todavía no han llamado”, cuenta a través de Zoom. Para ella no es una opción dejar Kabul, asegura que tampoco lo ha intentado. “Me queda esperar y estar acá. Que me llamen para hacer mi trabajo. Queremos paz aunque no soy optimista”, asegura.

“Si no se nos permite retomar nuestra vida anterior estaré físicamente viva pero psicológicamente muerta. Eso es todo lo que puedo decir”, cierra el diálogo desde Kabul. Cauta en sus palabras, ya no quiso seguir hablando. Este domingo cumplió 26 años. Recurrió a twitter y escribió un mensaje sombrío: “Hoy es mi cumpleaños pero desearía no haber nacido y tener que ver el dolor y la tristeza que está pasando mi país”.

 

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