a Argentina se convirtió en el primer país en el mundo en reconocer a la Histaminosis como una enfermedad poco frecuente. Fue gracias al trabajo de la Agrupación de Pacientes con Histaminosis de Argentina (AHA), en conjunto con el Programa de EPOF del Ministerio de Salud de la Nación, que la titular de la cartera sanitaria, Carla Vizzotti, firmó la resolución que incorpora a la enfermedad al listado de EPOF de la Ley Nacional 26.689.
Pero ¿qué es la Histaminosis? Se trata de la acumulación de histamina en el cuerpo. La histamina es una sustancia del sistema inmune presente en el cerebro, cuyas acciones son regular las funciones del estómago, actuar como neurotransmisor del sistema nervioso y reaccionar contra los agentes alérgenos.
Existen, a grandes rasgos, dos tipos de Histaminosis en función de la procedencia de la histamina:
1- Histaminosis por histamina exógena: en este caso se produce un exceso de histamina debido a una cantidad de la misma que accede desde fuera del organismo.
2- Histaminosis por histamina endógena: es causada por la acumulación de esta sustancia en el cuerpo debido a la sobreproducción y liberación de histamina.
Cualquiera sea la causa, o una combinación de ellas, el resultado es una acumulación excesiva de histamina en sangre que desencadena una variedad de síntomas y malestares que muchas veces no remiten con los diferentes tratamientos si no son contemplados en el marco de esta enfermedad.
Según explicaron desde la AHA, “entre las diferentes causas de esta enfermedad se encuentran: el déficit de Diamino Oxidasa (DAO), principal enzima encargada del metabolismo de la histamina alimentaria, la disbiosis intestinal, el sobrecrecimiento bacteriano (SIBO), la candidiasis intestinal, la mastocitosis (MCAS), etc. Cada uno de estos cuadros requiere de un tratamiento diferente, que en algunos cosas logrará curar la condición y en otros alivianar los síntomas para mejorar la calidad de vida del paciente y sus familias”.
Son muchos y variados los síntomas documentados en publicaciones científicas y reportados por los especialistas en sus consultas clínicas, asociados al exceso de histamina en el cuerpo.
En general, se considera una posible histaminosis cuando se presentan dos o más síntomas de sistemas diferentes.
- En el sistema otorrinolaringológico: congestión nasal, estornudos, acúfenos, disnea, broncoconstricción, rinitis, bronquitis asmática, despertar en la noche.
- En el sistema gastroenterológico: diarrea o constipación, distensión abdominal, meteorismo intestinal, intestino irritable, digestiones pesadas.
- En el sistema dermatológico: angioedema, prurito, urticaria, dermatitis, psoriasis, sequedad, ronchas, dermografismo.
- En el sistema muscular: fatiga crónica, contracturas, dolor muscular, de huesos y articulaciones, deshidratación de discos intervertebrales
- En el sistema nervioso: migraña, vértigo, mareo, náuseas, vómitos, neuralgia, falta de memoria, niebla mental, falta de concentración, hiperactividad, trastorno de la temperatura corporal
- En el sistema ligado al sueño: insomnio, sueño no reparador
- En el sistema cardiológico: arritmias, hipotensión, hipertensión, dolores en el pecho
- En el sistema ginecológico: dismenorrea, endometriosis, infertilidad, abortos espontáneos, desaparición de los síntomas durante el embarazo.
Sobre la dificultad de arribar al diagnóstico y el tratamiento
Sumaia Daher es integrante de AHA y antes de tener su diagnóstico de histaminosis refiere haber padecido una rinitis alérgica durante 25 años a la que nunca le encontraron una cura definitiva, sino paliativos transitorios.
“En el año 2018 tuve una crisis digestiva muy intensa y un brote en la piel que no se pudo diagnosticar. Buscando información en sitios médicos de otros países, encontré que varios alimentos podían generar a algunas personas, como a mí, las peores reacciones, aunque para otros los mismos alimentos resultaban inocuos”, recordó.
Entre los alimentos a los que se refiere están la palta, la banana y el tomate, que por su reacción a los mismos en una oportunidad tuvieron que hospitalizarla. “Estos alimentos tenían en común la histamina, que por diversos motivos se había acumulado demasiado en mi organismo, desencadenando varios síntomas encuadrados en una histaminosis”, refirió la mujer.
Así fue como, con su autodiagnóstico en mano -como sucede en la mayoría de las enfermedades poco frecuentes, en las que el propio paciente termina poniéndole nombre y apellido a su padecimiento-, Sumaia hizo una prueba con una dieta baja en histaminas y descubrió cómo sus síntomas remitían. “No sólo los síntomas que mencioné, sino que, para mi asombro, también noté más claridad mental, más energía, había recuperado mi apetito y se habían ido mis contracturas cervicales crónicas severas, mis dolores articulares, las extrasístoles y taquicardias, y mejorado el bruxismo -señaló-. Más tarde, me realicé el test genético, confirmando el origen de mi déficit de DAO. Todo este proceso lo acompañé con la toma de probióticos aptos, mejorando el equilibrio de mi microbiota que tan castigada había quedado por años y años de inflamación”.
Esta experiencia de gran soledad ante la falta de un diagnóstico certero la llevó a ponerse en contacto con algunas personas que padecían lo mismo que ella, y fue su interés que se fue multiplicando “hasta que se transformó en una necesidad de que sea reconocido para su diagnóstico de rutina y aliviar así a muchas personas que sufren la misma problemática”.
El tratamiento sugerido para los casos en que hay una disminución de la enzima digestiva DAO (sea genética o no su causa) es seguir una dieta baja en histaminas.
Muchos de los alimentos que ingerimos contienen histamina (como el tomate, la berenjena, la palta, los fermentados, el alcohol y el chocolate); o pueden generar una liberación de la misma al ingresar al cuerpo (como la leche, el huevo, la frutilla, los cítricos, los frutos secos). Otros funcionan como bloqueadores de la enzima DAO (como la yerba mate, el té negro y algunos fármacos) mientras que otros contienen otras aminas que reducen la actividad de la DAO (como el maní, el poroto de soja, la banana o el germen de trigo).
Dado que es una enfermedad subdiagnosticada pero que afecta a muchas personas, desde AHA consideraron que “es necesaria la difusión de la histaminosis para concientizar tanto a pacientes como a médicos, y lograr que muchas más personas lleguen al diagnóstico y puedan comenzar su tratamiento”.