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Según describieron fuentes consultadas, inicialmente una mujer recibió un llamado extorsivo por parte de delincuentes que dijeron tener secuestrado a su hijo, en tanto que casi en simultáneo su hija recibió un llamado similar, aunque a ella le manifestaron que tenían retenida a su madre.
Las mismas fuentes añadieron que la denuncia del caso fue radicada por un hombre identificado como Carlos, de 67 años, quien reside en la zona céntrica de Puerto Iguazú.
Poco antes del mediodía del miércoles, el hombre advirtió que su mujer, identificada como Noemí (55), no regresaba de hacer unos trámites bancarios y se preocupó.
Ante esta situación, decidió llamarla por teléfono y su mujer la atendió a los gritos, sin poder explicar lo que estaba sucediendo.
De inmediato, el hombre se dirigió a la comisaría Segunda y allí radicó la correspondiente denuncia, tras lo cual los efectivos intervinientes solicitaron la colaboración de todas las dependencias de la Unidad Regional V para dar con la ubicación de la mujer que había salido con su vehículo Peugeot Partner.
De esta manera, tras un intenso operativo, se pudo establecer que la mujer había sido engañada por anónimos al teléfono que dijeron tener a su hijo secuestrado.
El muchacho que presuntamente estaba retenido, en realidad se encuentra de vacaciones en Brasil, pero sus familiares no lograron comunicarse con él para constatar si efectivamente estaba bien.
Inmersa en la angustia y el temor, la madre cayó en la trampa de los secuestradores virtuales y viajó hasta Eldorado para hacer diferentes depósitos bancarios como forma pago del rescate.
Aprovechando la situación, los perpetradores también llamaron a la hija de víctima que se hallaba con su padre al momento de la denuncia. En este caso, le dijeron que la raptada era su madre.
Esto evidenció un trabajo de inteligencia previo por parte de los delincuentes, en el que determinaron los movimientos de todos los integrantes de la familia como así también los números telefónicos de cada uno.
De esta forma, ambas damnificadas depositaron todo el dinero exigido, realizando las operaciones bancarias al mismo destinatario. Una vez efectivizada la transacción, que superó la suma de los 20 mil pesos, las víctimas fueron notificadas a sus teléfonos que los supuestos secuestrados habían sido liberados.
