os ordenadores, las tablets, los smartphones… todos son constantes en nuestra vida. Gracias a ellos creamos y conservamos relaciones y nos informamos. Sin embargo, su manejo puede producir dolor en la espalda y el cuello.
Incluso en ocasiones, el malestar llega a los brazos.
Por supuesto, la solución no está en abandonarlos. No. En vez de esto, tenemos que incorporar a nuestra rutina ejercicios y actividades que palien los efectos secundarios de su uso continuado.
No obstante, antes de recomendarte los ejercicios adecuados para este problema, creemos importante que sepas por qué se producen las lesiones en esta zona del cuerpo.
Las contracturas son lesiones que se originan cuando nuestros músculos están en tensión durante demasiado tiempo.
Cuando esto sucede, aparecen los denominados “nudos”. Estos son el resultado de la imposibilidad de nuestra musculatura de volver a una posición relajada.
La contractura se agudiza en función de la fortaleza de los músculos. Así, cuanto más debilitados estén, el dolor será mayor.
El cuello y la espalda son tan sensibles porque no los usamos para agarrar ni sostener cosas, por lo que apenas nos ocupamos de ellos. Solo cuando percibimos síntomas nos acordamos de su existencia.
Por tanto, hacer ejercicios que los destensen y fortalezcan es esencial. Asimismo, tendrás que hacer algunos cambios de vida que eliminen estrés; de lo contrario, estarás contraído de manera constante.
Antes de comenzar con los ejercicios asegúrate de estar sentado en la posición correcta. Recomendamos que adoptes la postura del loto, pero si no puedes, desde luego tienes que tener la espalda bien recta.
Tras ello, es el momento de la respiración. Es muy importante, porque de ella depende que oxigenes bien tu cuerpo.
Lo ideal es hacerlo despacio: cuando inhales, hincha el abdomen y deshínchalo cuando exhales. De esta forma, alcanzarás un estado de relajación que te ayudará a eliminar tensiones.
Hazlo con suavidad, con la espalda recta y el cuello en el centro.
Se trata de poner las orejas en paralelo a los hombros. Si lo haces con demasiada fuerza, puedes tener una sensación de calambre o de tirón.
Es la hora de hacer un círculo completo, respetando la postura inicial. En el caso de encorvar la espalda o desplazar el cuello, aplicaremos una presión que perjudicará a nuestras cervicales.
Por último, queremos recordarte que el dolor de la espalda y cuello también suele aparecer por estrés. Por tanto, aparte de los ejercicios, intenta dedicar momentos de ocio para ti.
Haz una lista con las actividades con las que más disfrutas e incorpóralas a tu vida diaria en la medida de tus posibilidades.
Hay personas que solo se dan permiso para divertirse cuando han cumplido con sus obligaciones. Sin embargo, es habitual entrar en una espiral donde el deber nunca acaba.
Esta es la razón por la que resulta adecuado elaborar un horario, o bien, inscribirte a cursos o grupos que tengan una hora fija. Esta estrategia te servirá para comprometerte contigo mismo.
La buena salud es la conjunción de un buen estado físico y mental. En el momento en el que una de las dos falla, la otra se resiente, así que, piensa, ¿qué no haces y te gustaría hacer?
¿Qué dejaste de hacer por el trabajo o por la familia? ¿Echas de menos hacer cosas con ellos?