a normativa pretende aprovechar al máximo la luz diurna y disminuir el consumo de la energía eléctrica.
De esta forma, desde mañana los relojes deberán atrasarse por una hora en toda la República, de manera a adecuarlo al horario denominado de “invierno” y, se extenderá, hasta inicios del mes de octubre.
El cambio está basado en un estudio hecho por los técnicos de la Administración Nacional de Electricidad (Ande) y en los altos picos de consumo del Sistema Interconectado Nacional (SIN).
Según el análisis de la ANDE, se pretende que la actividad comercial finalice en lo posible con la puesta del sol, de manera a que los comercios no contribuyan al aumento de la demanda energética en horario de punta.
El decreto presidencial establece que el horario de invierno se extiende hasta el primer domingo de octubre cuando entra a regir el horario de verano.