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Gabriel Agüero trabaja como chef en el país árabe. Su mujer y sus tres hijas fueron a visitarlo y ahora no pueden regresar a Buenos Aires por el bloqueo de los países del Golfo Pérsico. 

03/08/2017

Familia argentina atrapada en Qatar 

Familia argentina atrapada en Qatar 
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ediados de 2016. Apenas un contacto de la red Linkedin fue suficiente para que la vida de Gabriel Agüero, un profesor de cocina de la ciudad de Moreno, cambiara por completo. Le apareció una oportunidad que parecía prometer un futuro auspicioso para él y su familia: dirigir un restaurante argentino en un lujoso hotel de Qatar. Hoy, un año después, el chef se encuentra varado en el país asiático junto a su mujer y a sus tres hijas a causa del conflicto político internacional entre los países árabes y corre riesgos de quedar preso.

La familia argentina perdió los vuelos de regreso a Buenos Aires debido al bloqueo político realizado por países como Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Arabia Saudita y Egipto. Así, las visas de su esposa Valeria y de sus tres hijas quedaron a punto de expirar y pusieron en riesgo su estadía en un país extremadamente riguroso en cuanto a residencias y permisos de permanencia.

"Estamos viviendo momentos de estrés absoluto. Verdaderamente nos sentimos como en una cárcel. Estamos reclamando desde hace dos meses y nadie se hace cargo de la situación. Me siento como si estuviéramos en Cuba, pero rodeados de gas y petróleo", expresó Agüero en una conversación telefónica con Infobae.

La historia poseía todos los condimentos de una oportunidad única y trascendental para la familia Agüero. Después de dar clases en algunas escuelas de cocina en Moreno, Agüero se puso en contacto en julio de 2016 con uno de los gerentes del hotel de lujo Zubarah, en plena ciudad de Doha. Entonces, surgió la oportunidad de conducir el restaurante argentino Caminito dentro del hotel.

"Me llevé a un compañero argentino. Con el pasar de los meses, les gustó mi manera de trabajar y me ofrecieron quedar al mando de la cocina del propio hotel. La situación no podía ser mejor", relató Agüero.

Después de seis meses de desarraigo y de mantenerse a miles de kilómetros de su familia, el cocinero invitó a su mujer, Valeria Marsili, y a sus tres hijas, las mellizas Bernardita y Renata (13 años) y Emilia (9) para que lo fueran a visitar al país árabe.

La ley qatarí permite a la familia de cualquier residente extranjero permanecer en su país durante un período de seis meses. Todo mediante la entrega de una visa.

La familia de Gabriel llegó así a Doha el 27 de enero en un vuelo tomado con las compañías Emirates y Fly Dubai, con escalas en Río de Janeiro y en Dubai. El vuelo de vuelta estaba previsto para fines de abril, pero los cinco decidieron extenderlo hasta finales de julio, cuando se vencían las visas de residencia de las cuatro mujeres de la familia.

Así, los problemas comenzaron a inicios de junio.

"El 6 de junio nos quisimos poner en contacto con la aerolínea (Fly Dubai) para concretar la fecha de los pasajes de regreso de mi mujer y mis hijas. Justo el día anterior se había producido el conflicto con los países del Golfo. Nos dijeron que nos llamaban más tarde", relató Agüero.

Y continuó: "A las pocas horas me llamaron y me dijeron que no íbamos a poder usar esos pasajes porque las aerolíneas habían cancelado sus vuelos con Qatar. Al tratarse de un conflicto político entre los países, me dijeron que no me iban a dar el dinero. Ahí empezó el infierno".

La familia Agüero se quedó sin respuestas ante el imprevisto. La negativa de la aerolínea a abonarle el costo de los vuelos los obligaba a depositar de su bolsillo la suma de unos 6.000 dólares (Unos 105 mil pesos) para poder concretar el regreso de su familia. Sin embargo, el cocinero no disponía ni dispone aún de esa cantidad de dinero.

"Empezamos a movernos para todos lados. Tratamos de buscar ayuda en cualquier lugar. Incluso fuimos a la Embajada argentina, pero nos dijeron que ellos no nos podían abonar los pasajes. Me dijeron que sólo podrían ayudar a un argentino que se encontrara en estado de indigencia. Y como yo tengo trabajo aquí, no hay nada".

La familia encontró una respuesta provisoria en el propio Estado de Qatar, que creó la denominada Comisión de Reclamos y Compensaciones, diseñada para asistir a aquellos afectados por el bloqueo diplomático. "Nos permitieron extender las licencias unos dos meses más, para ver si así podíamos regular la situación".

Sin embargo, el conflicto se mantuvo y se hizo cada vez más denso. A las dificultades burocráticas empezaron a sumarse los problemas emocionales de la propia familia.

"Desde esos días que estamos todo el tiempo nerviosos. Mi mujer tiene que regresar a Buenos Aires para seguir trabajando en su propio local de indumentaria femenina. Y mis hijas necesitan volver para poder ir al colegio. Los primeros seis meses se mantuvieron estudiando con una modalidad online, pero para poder pasar de grado tienen que pasar al menos unos meses físicamente en alguna escuela de Argentina. Las chicas me dicen todos los días que ya se quieren volver y nosotros no sabemos cómo responderles", detalló Agüero a Infobae.

Ahora, la familia dispone hasta el 24 de septiembre para regularizar su situación. En esa fecha se vencerá la extensión de las visas de Valeria y las hijas y, de no resolverse esta cuestión, podría generarse un problema muy serio para el propio Agüero.

"La visa actual de mi familia me cuesta unos 800 qataríes (200 dólares) al mes. Cuando se venza la visa, ¡voy a tener que pagar unos 200 dólares por día! como multa. Eso va a ser imposible para mí. Por eso, si no lo puedo abonar, ellas van a ser deportadas y yo puedo ir preso. Mi familia está bajo mi responsabilidad y yo tengo que hacerme cargo en el caso de que queden en una situación irregular", dijo Agüero.

Hasta el momento, el chef argentino no ve una salida inmediata a su conflicto y tampoco encuentra demasiadas opciones para poder juntar los seis mil dólares necesarios.

En principio la idea de la familia es poder mudarse a Doha, pero para hacerlo efectivo, se necesitan más trámites burocráticos.

"Para que mi familia se venga a vivir acá, primero tiene que volver a su país. Luego yo tengo que actualizar mi situación laboral y recién después puedo recibirlas", afirmó Agüero.

"Ya no sabemos mucho más qué hacer y no veo una salida rápida a nuestro problema. Estamos viviendo una situación de estrés muy grande y ya no sabemos cómo solucionarlo", reflexionó.

Y así pasan los días para la familia de Moreno. Paseos entre rascacielos, sin vestir prendas de ropa "sugestivas", con un idioma y unas costumbres absolutamente ajenos y todavía sin esos pasajes de vuelta a Buenos Aires.

 

 

 

 

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