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n la mañana del sábado 6 de mayo último, Marisa (30), salió en libertad tras cumplir ocho años de prisión por el crimen de una joven. La mujer, de 30, estuvo poco más de siete meses en la calle. En la tarde del jueves, finalmente, volvió tras las rejas, acusada de matar de un puntazo en el corazón a su pareja. Paradójicamente, también de esa manera había ultimado a aquella primera víctima en mayo de 2009.
La triste y, al mismo tiempo, llamativa historia tuvo lugar este jueves en Eldorado, donde la sospechosa terminó apresada bajo sospechas de ultimar a Cristian Hugo Ayala (32), con quien al parecer la unía una relación sentimental. Según testigos, ese fue el corolario de una acalorada discusión registrada a la altura del kilómetro 7.
Según pudo saber, todo se conoció alrededor de las 14 del jueves, cuando la propia acusada se presentó en la vivienda de un vecino para pedir auxilio. El hombre notó manchas de sangre y decidió llamar a la Policía.
Efectivos de la comisaría seccional Primera llegaron rápidamente al lugar y, de manera preventiva, demoraron a la mujer. En el interior del inmueble de la calle Resistencia, unos 300 metros al norte de la avenida San Martín, yacía sin vida el cuerpo de Ayala.
La acusada intentó desligarse del hecho y aseguró que su pareja se había suicidado. Las primeras pericias policiales no tardaron en echar por tierra esa teoría: el joven presentaba un puntazo en el corazón que le afectó el ventrículo izquierdo pero, además, otras tantas lesiones superficiales en el rostro y otras partes del cuerpo.
En el inquilinato donde todo ocurrió, los detectives secuestraron tres cuchillos, uno de los cuales presentaba presuntas manchas de sangre. Por orden de la magistrada Nuria Allou, titular del Juzgado de Instrucción 2 de Eldorado, esos elementos fueron secuestrados para pericias, al tiempo que el cuerpo fue trasladado a Posadas para la realización de una autopsia.
Un pesado antecedente
Ya en sede policial, los investigadores procedieron a la identificación de la detenida. Entonces descubrieron que la mujer ya tenía antecedentes penales. Y no por delitos menores: en el registro figuraba una condena cumplida por un homicidio simple.
Aquel episodio se registró a escasos metros del hecho perpetrado. Fue el miércoles 6 de mayo de 2009 en una vivienda del barrio Nach, a la altura del kilómetro 6 de la tradicional avenida San Martín.
Según los archivos, en aquel lugar, la mujer mantuvo una acalorada discusión con una muchacha de 19 años identificada como Karina Villalba, aparentemente frente al concubino de la víctima.
Ese pleito verbal no tardó en pasar a lo físico y, entonces, la sospechosa tomó un arma blanca y se la clavó en el pecho a la joven, quien falleció poco después en el Hospital SAMIC. Minutos más tarde los uniformados procedieron a la detención de la acusada.
La mujer fue trasladada a la Unidad Penal V del Servicio Penitenciario Provincial, en Miguel Lanús, donde aguardó por la sustanciación del expediente. Años después, finalmente, fue sentenciada a ocho años de prisión por el Tribunal Penal 1 de Eldorado, la pena mínima prevista por el Código Penal Argentino para el delito de “homicidio simple”.
Aquella condena se extinguió el sábado 6 de mayo último, cuando volvió a la libertad. La mujer había pagado su deuda para con la sociedad. Sin embargo, en esa condición permaneció apenas siete meses y ocho días. El jueves volvió tras las rejas, nuevamente bajo sospechas de haber acabado con una vida. Otra vez de un puntazo en el corazón.
Fuente: Primera Edición.
