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Lo destacó Ricardo Maciel, Presidente del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial.

18/12/2017

“El IFAI trabaja pensando en los pequeños y medianos productores”

“El IFAI trabaja pensando en los pequeños y medianos productores”
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partir de esta definición, el titular del Instituto de Fomento Agro Industrial (IFAI) marca la diferencia de modelos entre el Gobierno nacional y el provincial. “Para ellos lo importante es que los números cierren, y por eso apuestan a la actividad agroexportadora, ecuación en la que no figuran las personas”, enfatiza Ricardo Maciel al inicio de la entrevista.

Llega fin de año y es tiempo de balances, y el trabajo que Maciel desarrolla en ese organismo es muy diverso. Atiende numerosas actividades pero siempre desde una mirada dirigida al interés de los pequeños y medianos productores, más allá de su especificidad.

Por eso, y desde una perspectiva más bien global, el funcionario comienza la charla marcando lo que es prácticamente un punto de inflexión: la función de los recursos y sus destinos.

“Hoy, con este modelo macroeconómico –analiza el funcionario-, es más conveniente apostar la plata al sistema financiero que ponerlo a producir, porque sigue estando muy alta la tasa de interés para el plazo fijo y el que tiene plata la deja ahí o la invierte en LEBACS, que es una ganancia segura. Este cuadro conlleva a que las pequeñas empresas que necesitan créditos encuentren muy altos los intereses que deben pagar”.

La discusión sobre el modelo de los ‘90 se actualiza con pequeños matices de diferencia pero sin modificar un problema de fondo: los precios relativos y las asimetrías de frontera.

Maciel tiene muy presente esta realidad y advierte que si bien hasta el momento no se perciben serios inconvenientes, sí le preocupa los vaivenes de la economía de Brasil. “Si ellos devalúan un poquito se nos va a complicar. La diferencia de hoy con los ‘90 es que Brasil todavía no es atractivo para hacer compras masivas de alimentos, pero si eso sucede todos los esfuerzos que estamos haciendo para mantener en pie las pequeñas estructuras productivas de la provincia serán vanos, porque la gente en lugar de consumir lo local se irá a ese país”.

Un objetivo central del modelo económico misionero en general, y el del IFAI en particular, es promover y mantener las fuentes de mano de obra, y en ese devenir la actividad maderera ocupó un rol especial.

Ese sector económico está afectado desde hace algunos años por la paridad cambiaria desfavorable para las exportaciones, mercado interno deprimido, falta de competitividad,  y ante un panorama que no parece modificarse en lo inmediato, las empresas bajan costos al límite pero también reducen jornadas laborables a la espera de un mejor horizonte.

Pero un embate particularmente fuerte fue la apertura de importaciones, que pegó en algunos rubros del sector. “La producción de terciados o fenólicos, por ejemplo, fue muy castigada por los productos extranjeros, y enseguida se notó. Si bien tenemos recursos limitados, nos dedicamos a auxiliar a varias empresas de este tipo para que puedan mantener la mano de obra hasta que se acomoden en la nueva economía”.

“Mientras tanto -cuenta- con la intervención del gobernador Hugo Passalacqua y a pedido de las empresas se solicitó y se logró reducir un poco el ingreso de algunos productos, pero hasta ese momento ingresó un volumen suficiente como para poder seguir estando en el mercado y generando inconvenientes a nuestras empresas”.

Reconversión del ingenio azucarero para lograr sustentabilidad

El complejo ubicado en la localidad de San Javier es otro punto de especial atención para el IFAI. En primera instancia requirió de una importante inversión para su modernización productiva, pero los cambios necesarios van más allá de ese ítem.

Tras detallar que la presente temporada se trabajó bastante bien, con una producción de 50 mil toneladas de caña (una cifra similar a la del año anterior, y que hubiera sido mejor de no haber sufrido tantas heladas), Maciel amplía el panorama al indicar que “hoy hacemos azúcar para cumplir con los obligaciones locales de abasteciendo, pero en un cifra mucho menor porque no podemos competir con el precio que se maneja en Tucumán”.

Grafica esa realidad al detallar que el Ingenio Azucarero misionero abona al productor mil pesos la tonelada de caña puesta en el lugar (entre el 40 y 50 por ciento a la semana y el resto a 30 días), mientras que en Tucumán pagan poco más de 400 pesos y bajo el sistema de maquila.

Cuenta además que a partir de las dificultades económicas del país y en general las importaciones, las empresas de esa provincia sintieron el efecto negativo, “y estas variables también nos afectaron”.

“Muchos ingenios de Tucumán -precisa- se reconvirtieron para producir bioetanol para combustible y eso ayudó en su momento a licuar mucha azúcar que no ingresó al mercado interno. Acá producimos alcohol común y como somos los únicos vamos a tener un mejor valor y más margen de rentabilidad”.

Otra instancia de valor agregado es la venta de azúcar en sobres para cafeterías y restaurantes, lo que permite lograr más ganancia por kilo que la venta en bruto.

Para ello, el organismo incorporó maquinaria y realizó las primeras pruebas, y afirmó Maciel que “la producción del año que viene será mucho más fuerte, porque aspiramos a que la actividad del Ingenio Azucarero sea medianamente sustentable, siendo que hoy es altamente subsidiada”.

Mercado Zonal: planificación conjunta para un equilibrio productivo

Otra actividad encarada por el IFAI con marcado perfil social es el del Mercado Zonal, en primer término, el de la ciudad de Posadas, que está trabajando bien. “A pesar del escenario climático se pudo sostener equilibradamente el abastecimiento, y eso es importante porque acá hay mucho para crecer”, pondera el funcionario.

Señala como necesario para ese objetivo “consolidar las cuencas de producción y lograr una planificación conjunta que nos permita tener un equilibrio productivo, pero además requerimos más capacitación y asesoramiento técnico”.

En ese sentido consideró como muy positivo que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) abra una agencia de extensión relacionada al sector hortícola.

“Es muy bueno porque ellos investigarán sobre la actividad específicamente en nuestra provincia, dado que ahora todo el material hortícola es extra provincial, y para nosotros acá es prueba y error. Si contamos con el apoyo de este organismo podremos evitar que sea el productor el que pruebe y pierda”.

Contó además que el Mercado Zonal de Puerto Rico tiene una administración diferente, más bien municipal, pero con el asesoramiento y el equipamiento del IFAI, y pensándolo en forma conjunta con el posadeño. “Sabiendo que el consumo de ese mercado local no es tan grande, la idea es que funcione como centro de acopio para enviar a la Capital”, añadió, para adelantar finalmente que “durante el 2018 estaría finalizándose el Mercado Zonal de Oberá y, si la situación económica lo permite, queremos iniciar otro en Eldorado”.

Estado presente en la discusión del precio de la yerba mate

Año tras año -y el presente no fue la excepción- esta compleja negociación requiere el acompañamiento del Gobierno provincial en beneficio de los actores más postergados de esta microeconomía.

Ricardo Maciel reseñó durante la entrevista con Revista Códigos que “en el 2017 vimos el incumplimiento del precio pero especialmente los plazos de pago extendidos en forma excesiva, y la razón es la misma cuestión especulativa de la que hablábamos al principio. Los 8 industriales donde termina la producción de esta materia prima especulan para pagar a 180, 210 y hasta 360 días en algunos casos, y eso generó muchos conflictos a comienzo de la zafra. Con trabajo, eso se fue corrigiendo levemente y terminamos con una zafra un poquito mejor”.

Recordó además que cuando se discutía el precio en septiembre, Hugo Passalacqua planteó la necesidad de fijar también las condiciones de pago, para que los plazos no se estiren tanto. “Si bien se logró un acuerdo del valor ($ 6,50 para la hoja verde puesta en secadero y $ 22 para la canchada), estuvo a punto de caerse en el laudo de Nación porque el pedido del Gobernador de fijar que una parte de ese precio debía pagarse casi al contado para que el productor pueda pagar al tarefero, no fue aceptado por los representantes del sector productivo, secaderos y cooperativas”.

“Así que para evitar –continuó Maciel- que la discusión se transfiera al plano nacional, y pueda resultar más inconveniente la resolución, se decidió que la postura de la provincia quede por lo menos clara en el documento, para que ellos se hagan cargo de su decisión si se reflota el conflicto con los productores”.

La operatoria de tierras en Puerto Piray es emblemática

El último punto abordado en esta charla tuvo que ver con la situación de la entrega de tierras para los productores de esa localidad. Este reclamo profundamente social data de varios años y muchas idas y vueltas, pero a partir de la decisión del Gobierno provincial se fue llegando a una solución concreta.

Es que la Provincia aprobó hace unos años la ley para la expropiación y compra- venta de 600 hectáreas de tierras propiedad de la empresa Arauco, para cederlas a la Asociación de Productores Independientes de Puerto Piray.

Maciel reseñó que este año el IFAI compró las primeras 166 hectáreas y las cedió a los productores. “Así, se realizó la extracción de la forestación, los productores comenzaron a cultivar la tierra con las semillas que también les entregamos y ya están haciendo su primera cosecha”.

Subrayó así la dimensión simbólica del modelo de esta operatoria: “Es emblemática porque recuperamos tierras en poder de una multinacional para destinarlas a pequeños productores para la producción de alimentos de autoconsumo o venta”, celebró.

Fuente: Revista Códigos.

 

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