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EL CASO SE REGISTRÓ EN MARZO

31/07/2019

Cayó policía prófugo por robo de droga en comisaría de Eldorado

Poco más de cuatro meses logró mantenerse en la clandestinidad el policía Fernando Andrés Mosqueda (29) hasta que finalmente fue detenido en Jujuy.

Cayó policía prófugo por robo de droga en comisaría de Eldorado
E

l oficial -con domicilio en la localidad de Colonia Delicia- es el principal sospechoso en la causa que investiga la sustracción de alrededor de 23 kilogramos de marihuana -secuestrada en el marco de una investigación federal- del depósito de la Comisaría Primera de Eldorado donde estaba bajo custodia.

La maniobra fue detectada a principios de marzo de este año y había colocado en prisión también a dos agentes de la Policía de Misiones, Cristian Cristaldo (31) y Nicolás Quintana (28), quienes al mediodía del martes fueron excarcelados al dictaminarse que no tendrían relación con el señalado robo.

En relación a Mosqueda, desde un primer momento la pesquisa marcó que estaba fuera de la provincia y que se había marchado junto a su concubina, que de forma imprevista renunció al trabajo. La búsqueda adquirió carácter nacional y hace alrededor de dos semanas el radar de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) lo detectó en una ciudad cercana a San Salvador de Jujuy.

Para esto, fue importante también el aporte de la División de Inteligencia Criminal de la Policía de Misiones, cuyos efectivos aportaron datos del movimiento del implicado, como fotografías de su vehículo en peajes, entre otras cuestiones.

Así, los detectives de la fuerza nacional se ocuparon de seguir las huellas que dejó ante cada movimiento y estando seguros de que se trataba de la persona que buscaban, lo capturaron. No opuso resistencia ni explicó qué hacía en aquella provincia. Había cambiado bastante su fisonomía. 

La misma fuerza se ocupó de trasladarlo hacia Eldorado, donde llegó el lunes por la tarde, consignaron.

Según detallaron fuentes ligadas al proceso, en la tarde de ayer el funcionario público fue indagado e imputado por el magistrado Miguel Ángel Guerrero por ‘transporte agravado de estupefacientes por su condición de policía, robo agravado de la droga, violación de sellos e incumplimiento de funcionario público’, entre otros delitos.

La Justicia Federal buscará llegar también a quien está detrás de esta maniobra, puesto que consideran que el funcionario no pudo haber actuado solo.

Sobre sus consortes de causa -ahora liberados- pesaban los mismos delitos porque uno había dejado la guardia de la Comisaría Primera esa mañana de domingo cuando se descubrió la maniobra y el otro la había tomado. Fueron detenidos días después, aunque desde entonces proclamaron su inocencia diciendo que Mosqueda era responsable de todo, siendo ambos ajenos a la sustracción del estupefaciente.

Cambio de guardia

Según pudo reconstruir este matutino, el faltante de droga se detectó en un cambio de guardia el mismo domingo (10 de marzo) que se conoció el escándalo. Quintana, que llegó a la dependencia para tomar la guardia notó que había fajas violentadas y consultó a su colega, Cristaldo, quien dijo que lo había notado pero que no había informado a los superiores. Rápidamente se dio parte.

Efectivamente, una requisa superior confirmó que había irregularidades, por lo que quien supuestamente no dio aviso y el encargado de la guardia quedaron en la mira, al igual que Mosqueda. Este último había estado esa jornada en la dependencia, aunque no en la custodia sino haciendo una serie de trabajos extra en el patio de la dependencia.

Los tres continuaron en libertad. Sus celulares fueron secuestrados y el magistrado interviniente ordenó que Gendarmería intervenga y establezca el faltante de la droga. En ese contexto apareció el primer inconveniente: el candado no podría ser abierto, por lo que tuvieron que romperlo.

Se determinó que quien robó la marihuana había roto el cerrojo pero colocó uno idéntico para no despertar sospechas. Sólo se tuvieron que atar cabos, puesto que las herramientas utilizadas estaban dentro del depósito. Copia de la llave fue encontrada en el casillero de Mosqueda.

Ya con la confirmación de que parte del cargamento -secuestrado por la fuerza provincial en diciembre- no estaba la Justicia ordenó allanamientos en las casas de los policías, con sus consecuentes detenciones. Es allí cuando notaron que Mosqueda no estaba.

 

Liberados

Cristaldo y Quintana permanecieron hasta ayer en prisión, mientras la investigación judicial avanzaba. Su liberación, además de la detención del implicado, se basó - entre otras cuestiones - el informe de los teléfonos incautados, que se incorporaron al expediente en las últimas semanas. 

Si bien estaría probado que no participaron de la maniobra delictiva, se los procesó por negligencia. “Si hubieran cumplido su trabajo no hubieran podido robar la droga”, detalló una persona con acceso a la causa en la víspera. De todas formas, ya volvieron a sus casas.

EL TERRITORIO

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