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icaela Staggemeier víctima de violencia de género a raíz de una violenta relación que mantuvo desde hace algún tiempo con el acusado y hoy detenido, Manuel Alejandro De Amoriza sostuvo, “siempre me amenazó. Te vas arrepentir, siempre me amenazó hasta con quemar la casa sin importar que mi hermanito este adentro”, contó entre lágrimas la joven que quiso poner distancia a la relación y hasta se fue del país para abocarse a la profesión de modelo en Guatemala.
A pesar de la distancia Micaela contó que siempre Manuel la buscó a través de las redes sociales y todas las veces bajo un perfil falso. “Siempre me manipuló, cuando me separé y me fui a Guatemala, él me escribía argumentando escusas, diciendo que iba a cambiar. Todo parecía real pero cuando volví a Misiones fue porque quería ver a mi familia y Manuel s los dos días supo que estaba en Eldorado me buscaba y llegaba al punto de hacerme creer que iba a cambiar. Me escribía pidiendo claves que se había olvidado y de ahí volvió a empezar todo de nuevo. Me decía perdóname, yo te amo que yo cambié”.
La modelo que todavía se encuentra en estado de shock, confirmó además que hace un año denunció a su expareja por violencia aunque la justicia “nunca lo detuvo a pesar de haber violado la perimetral que tenía en su contra. Yo fui a la comisaría de la mujer presenté todas las pruebas y aun así”, remarcando que el episodio del domingo no era la primera que sufría una golpiza. “Hoy me arrepiento de volver”.
Cuando retomó la relación la joven aseguró que se veían durante su estadía en Buenos Aires, esperó ese tan ansiado cambio que nunca sucedió. Recordando el violento episodio del domingo, dijo, “él paso por mí y mis amigas junto a sus amigos en un auto, en un momento comenzaron hablar de una situación de la cual no quería recordar, no quería hablar”, a pesar de la insistencia junto a sus amigas para que De Amoriza junto a sus otros dos amigos cambien la conversación seguían las burlas y se extendía la cuestión incomodando aún más a Micaela, ante esto la víctima dijo, “si me ama porqué sigue hablando de un tema que me duele. Pensé porqué voy a ir a dormir en la casa de alguien que no me respeta. Todo era joda para ellos. Por lo que decidí ir a mi casa. Antes le pedí que guarden sus pensamientos, nunca me hicieron caso. Quise ir a mi casa, le dije que me dejen que quería ir a mi casa a estar tranquila. Manuel a escuchar mi decisión me decía ¨te vas arrepentir¨”. Un amigo se ofreció a llevarla ante la reacción del agresor.
“Me bajé del auto y fui a buscar un remis, él me persigue me agarra del brazo, le dije que me dolió lo que me dijo y me respondía que yo era una basura. Intenté irme pero me agarró del cuello, me agarró del cabello en un momento me suelta, corro a la remisería pero no había nadie en la base. Uno de los chicos vio que me perseguía y se ofreció para llevarme a mi casa, aun así Manuel pegó la vuelta alrededor del auto y se subió atrás, me agarró otra vez del cuello me acostó en su regazo y comenzó a golpear, me golpeo mucho. Le pedí por favor que me suelte, me apretaba el cuello yo movía mis piernas”, pero la invulnerable joven pensó al no poder hacerle frente a su agresor, “me quedé quieta y que sea lo que Dios quiera, si yo sacaba mi cabeza de sus manos no podía”, expresó recordando el estado de desesperación, esa acción llamó la atención del violento que despiadadamente pensó que mató a la joven y que por eso no se movía. Afortunadamente a raíz del hecho logra escapar pero ya toda ensangrentada que llegó a manchar la cara de su agresor.
“Solo pedía que me lleven a mi casa, sus amigos estaban en la parte de adelante del auto, seguían conduciendo, solo decían aguanta man pero nunca lo atajaron. Nada”, al respecto Micaela agregó que no quiere implicar a ambos jóvenes ya que se ofrecieron para llevarla hacia su casa, lo negativo de la actitud fue que los jóvenes acataban las órdenes de Manuel, estando a cuadras de su domicilio estos respetaban la decisión del agresor, mientras el cruel suceso ocurría dentro del rodado. La calma aparente llegó cuando uno de ellos, le dice, “vamos a lavarte la cara y paramos para que tomes un café para ver si volvés con él o no y así me llevaban al centro otra vez”, de un recorrido que fue del km. 3 y de vuelta a la zona Este.
El calvario de Micaela culminó cuando logró comunicarse vía telefónica con una amiga, en esta acción el violento no logró intervenir. Y sobre la calle Esperanza los otros dos despiadados sujetos la dejaron bajar del auto. “Mi amiga llegó con su novio y cuñado, ellos me refugiaron en su auto. Él me decía bájate del auto que te vas arrepentir. Mi amiga al ver mi cara ensangrentada pidió a su novio que llame a la policía”. Una vez estando presente personal de la policía el tan cobarde agresor intenta darse a la fuga siendo detenido.
La denuncia fue radicada en la seccional I de Eldorado, la joven amplió evidencias de todo lo vivido durante la tormentosa relación.
“ÉL CASI ME MATA”
Reclamando justicia Micaela, remarcó una y otra vez hasta llegar al punto de quebrarse que “Manuel De Amoriza no puede quedar en libertad. Tranquilamente me iban a tirar al río y qué iba a pasar”, se pregunta la víctima indignada además por la falta de respuestas a las reiteradas denuncias realizadas contra su agresor. Sin protección por parte de la justicia indicó, “Fui al juzgado de familia hablé con la jueza me dijeron que me quede tranquila que me van ayudar pero hoy me tenían que colocar el botón antipánico porque el sistema funciona con Android y yo no lo tengo, necesito otro celular”. En el juzgado aseguraron contención por parte del CEPROMU, cuestión que desde el domingo tomaron carta en el asunto. No obstante, hubo detonante en el proceso que indignó a la víctima, “me voy al juzgado de faltas a llevar mis pruebas y también para que me digan cómo continuar. Me retaron el lunes, una mujer que me atendió me dijo, vos ya lo denunciaste a él. Hasta yo te quiero dar uno”, no tuvo en cuenta el delicado estado emocional de Micaela que lleva años tratando de demostrar pruebas y pruebas para que se haga justicia su caso por violencia de género.
Por tal motivo las amigas de la joven apoyan el reclamo de justicia y frente al juzgado se aguardan a grupos de personas solidarizándose con la causa. Mientras Micaela se refugia en el amor y cuidado de sus padres y amigas. En medio del dolor, culminó entre lágrimas reclamando desesperadamente que la jueza interviniente en el hecho se ocupe del caso.
