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l lapidario informe divulgado el lunes sobre el calentamiento global por el Comité Intergubernamental sobre el Cambio Climático nombrado por Naciones Unidas coincide con una serie de devastadores incendios que están azotando distintas zonas del planeta en lugares tan lejanos como Estados Unidos, Rusia, Grecia, Argelia, Turquía, Italia y Bolivia.
El evento más dramático ocurrió en Argelia, donde murieron este martes al menos 42 personas, entre ellas 25 militares, como consecuencia de los incendios forestales atizados por temperaturas de 46 grados.
Los militares quedaron atrapados cuando realizaban tareas de rescate en las ciudades mediterráneas de Tizi Ouzou y Bejaia y fallecieron tras haber puesto a salvo de las llamas a 110 personas, informó el Ministerio de Defensa. En tanto, 17 civiles murieron en la provincia de Tizi Ouzou, unos 150 kilómetros al este de la capital, Argel, y en Setif.
El viento, sumado a la sequía que afecta a la zona, dificulta las labores de extinción, precisó Youcef Ould Mohamed, guardia forestal local, citado por la agencia de prensa argelina, APS. Argelia registra un centenar de incendios repartidos en 17 regiones del país.
En tanto, el mayor incendio forestal en la historia de California seguía avanzando por los bosques este martes, mientras los bomberos trataban de proteger a las comunidades rurales de las llamas que destruyeron cientos de hogares.
El incendio “Dixie” lleva un mes ardiendo a pesar del combate de unos 6.000 bomberos.
Las llamas destruyeron cerca de 900 viviendas y otros inmuebles. Gran parte de la pequeña comunidad de Greenville se quemó tras ser azotada por las llamas la semana pasada. Además, las autoridades advirtieron que el incendio amenaza 14.000 estructuras en más de una decena de pequeñas comunidades rurales y montañosas en la Sierra Nevada.
”No sabemos dónde va a terminar este incendio y a dónde va a llegar. Sigue desafiándonos’', comentó Chris Carlton, supervisor del bosque nacional Plumas.
Se tiene previsto que las temperaturas aumenten y la humedad disminuya en los próximos días, con la posibilidad de que se registren temperaturas superiores a los 37 grados en la semana junto con un retorno de fuertes vientos por las tardes. El incendió estalló el 14 de julio y cubrió una zona de 1.973 kilómetros cuadrados.
En la isla griega de Eubea los bomberos proseguían este martes su lucha “cuerpo a cuerpo” contra un devastador incendio que asedia pueblos, carboniza pinares y arrasó con decenas de casas.
Más de 3.000 personas fueron evacuadas por mar de la montañosa y arbolada isla griega, situada a 200 kilómetros al este de Atenas, y cuya parte norte está golpeada por el fuego desde hace ocho días. Los bomberos batallaban para evitar que las llamas alcancen la localidad de Istiea, que alberga a miles de habitantes.
Pero el fuego no solo se abate sobre esta isla. Con temperaturas que superaron ampliamente los 40° en muchas regiones, un total de 586 incendios fueron declarados en el país, según el viceministro de la Protección Civil, Nikos Hardalias.
”Los ciudadanos y los bomberos están librando una batalla cuerpo a cuerpo, y luchan con todo su corazón y su alma” declaró en su página Facebook el alcalde de Istiea, Yiannis Kontzias. ”Esperamos apoyo aéreo, pero veremos si la humareda permite volar”, agregó.
Grecia y Turquía viven desde hace dos semanas una ola de incendios, avivados por la sequía y temperaturas muy elevadas. Ocho personas murieron en las costas turcas y dos cerca de Atenas, y decenas fueron hospitalizadas.
Turquía parece haber controlado la mayoría de los incendios, pero Grecia se enfrenta a “una catástrofe natural de proporciones inéditas” según el primer ministro Kyriakos Mitsotakis. Las llamas han arrasado más de 93.700 hectáreas desde el 29 de julio, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).
El presidente ruso Vladimir Putin ordenó el martes redoblar los esfuerzos para controlar los incendios en Yakutia, en Siberia, donde la situación se agravó y el fuego quemó 8,68 millones de hectáreas de bosques.
Putin ordenó al ministerio de Situaciones de Urgencia “aumentar el dispositivo encargado de luchar contra los incendios” en esta región inmensa y poco poblada al norte de Siberia, dijo el Kremlin en un comunicado.
Más de 4.200 bomberos están desplegados, según la administración local del ministerio. Pero la situación “sigue siendo muy difícil”, alertó el martes en su web la agencia meteorológica rusa Rosguidromet.
La situación es tan dramática que la agencia espacial estadounidense NASA dijo el sábado que el humo de los incendios había “atravesado más de 3.000 km hasta llegar al Polo Norte, lo que parece ser el primero en la historia documentada”.
En tanto, en Italia, la ola de calor aumentó el número de ciudades en “alerta rojo”, el máximo nivel de peligro para la salud debido al calor, mientras vastas zonas están afectadas por incendios.
Por ejemplo, la isla de Cerdeña fue devastada por las llamas en las últimas dos semanas, en especial en los campos del Montiferru. En Calabria la situación es grave en el Parque del Aspromonte y en el Valle Infernal de San Luca, donde están los árboles hayedos patrimonio de la Unesco. En Sicilia el fuego arrasa la zona de la Madonia. En Campania, además, fue detenido un pirómano filmado por las cámaras en Montesarchio, en la zona de Benevento.
La alarma por el fuego también llegó hasta la vecina Bolivia. Las llamas volvieron a azotar una región devastada hace dos años cuando redujeron a cenizas más de cinco millones de hectáreas en las serranías vecinas a la Amazonía.
El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, informó que unas 162.000 hectáreas fueron afectadas por los incendios en la región productora de Santa Cruz, al este de La Paz. “Un 90% son pastizales y no es zona boscosa’', afirmó.
El funcionario explicó que las poblaciones de Roboré y San Matías -fronterizas con Brasil-son las más afectadas por los incendios. El humo y el fuego están incluso cerca de la carretera, según televisoras locales.
José Díaz Ruiz, alcalde de Roboré, declaró la zona de desastre y explicó que el fuego comenzó hace 10 días y consumió 17.800 hectáreas.
