Encontranos en:
Nacionales
24/03/2023

Red de explotación infantil: Angelotti y los tres acusados fueron trasladados a una cárcel federal

Red de explotación infantil: Angelotti y los tres acusados fueron trasladados a una cárcel federal
M

arcelo Adolfo Corazza (50), Andrés Fernando Charpenet (53), Raúl Ignacio Mermet (45) y Francisco Rolando Angelotti Notarbartolo (46) fueron trasladados desde las alcaidías porteñas 4 bis, 1 bis, 1 y 15, en las que estaban detenidos, a la alcaidía 28, en el Palacio de Tribunales, y dependiente de SPF para ser derivados a otras unidades penitenciarias.

Marcelo Corazza, el ganador de la primera edición de Gran Hermano que está imputado en una causa que investiga una red de abuso de menores, fue trasladado este jueves a una cárcel del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Fuentes oficiales confirmaron que su destino sería el penal de Ezeiza, mientras que Andrés Charpenet sería llevado al penal de Marcos Paz.

Todavía buscaban cupos para Mermet y Angelotti. Allí cumplirán con la detención, al menos hasta que les confirmen la prisión preventiva o definan su situación procesal.

Angelotti es de General Rodríguez pero estaba instalado en la ciudad de Oberá, en Misiones. Está acusado de ser jefe de la organización que captaba, corrompía y prostituía a niños y adolescentes.

Lo mismo Charpenet y Mermet, detenidos en Pacheco como autores del delito de abuso sexual y corrupción de menores.

El actual productor de GH está acusado de ser «cliente» de esta organización que captaba chicos para ser explotados y abusados por otros adultos.

Una de las víctimas señaló a Corazza por un abuso en 2001, poco después de que ganara la primera edición de Gran Hermano. El niño tenía 11 años y Corazza 30.

«Quiero decir que no tengo nada que ver con esto; estoy pasando por el peor momento de mi vida; no puedo creer que esté pasando», dijo el productor de Telefe al negar su participación, según informaron fuentes de la causa a Télam.

Y agregó, antes de negarse a responder preguntas del juez: «Desconozco a las personas que me nombraron. Mis abogados me sugirieron que no declare hasta poder ver bien la causa. Tengo familia, un sobrino nieto, un ahijado de trece años y me da asco todo lo que escuché».

«No puedo creer que puedan llegar a leer todo esto. Nunca en mi vida tuve una relación con un menor de edad, no se me ocurriría, por Dios», completó.

El caso reactiva un debate sobre cuándo prescriben los delitos contra la integridad sexual infantil, un pedido de sobrevivientes de agresiones en la infancia que hace tiempo exigen que sean considerados imprescriptibles.

Corazza fue trasladado en la mañana de este jueves desde Barracas, donde estaba alojado, hasta la alcaidía de Tribunales, donde lo esperaba un vehículo del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que lo llevaría al penal de Ezeiza en medio de un fuerte operativo policial.

La investigación
Todo gira alrededor de Angelotti Notarbartolo, un comerciante misionero de Oberá que intercalaba viajes a Buenos Aires con niños que traía con engaños y regalos.

En la casa de su madre, una quinta de General Rodríguez, alojaba (y lo hacía hasta la la semana pasada) a niños y adolescentes a los que les prometía viajes, ropa, trajes para la fiesta de egresados, trabajo y hasta vivienda.

A cambio, los manipulaba para abusar de ellos y para entregarlos a otras personas a cambio de dinero, según la acusación que se les dio a conocer entre martes y miércoles. Alardeaba en conversaciones telefónicas sobre sus víctimas y los llamaba «el chiquitín», «gurisito» y «cachorrito».

«La primera vez fue en la parte trasera de la camioneta que tenía estacionada en el mismo parque», recordó el joven y también habló de «temor, incertidumbre e incapacidad de decir que no».

Los abusos se extendieron durante más de tres años, «principalmente los fines de semana porque entre semana iba a la escuela». Adentro del auto, estacionados en alguna esquina oscura y en albergues transitorios que les permitían el ingreso a niños acompañados de adultos en la Ciudad de Buenos Aires.

El hostigamiento era tanto y la manipulación tan perversa que Angelotti acompañaba a su víctima hasta las clases de teatro. Allí conoció a otro de los denunciantes, a quien también abusó entre 2001 y 2003 cuando tenía entre 12 y 15 años.

«Asco y ganas de vomitar», recordó la segunda víctima sobre las agresiones a las que era sometido a cambio de una remuneración económica. Fue él quien abrió la trama a una red de pedófilos con su testimonio: en una oportunidad, Angelotti lo trasladó a un estacionamiento del Conurbano en el que lo atacó un grupo de hombres de entre 50 y 60 años. «El único recuerdo que tuvo es estar arrodillado y todos ellos rodeándolo», declaró. Tenía 13 años.

Conversaciones

 

—Francisco Rolando Angelotti: Le dije escuchame… Te llevo ahora a los 18 cuando cumplas (…) Mañana cumple “16″ viste. En dos añitos más, cuando cumpla 18, le dije: “Te llevo a Miami. Vamos a Orlando, Disney. Y me dijo: “Bueno dale, dale, sí de una jaja…”.

—Andrés Fernando Charpenet: jajaja, claro!

—F.R.A.: Olvidate, te quedás con Mickey Mouse. Bueno che, y vos ¿cómo andás con tu mini harem?

—A.F.C.: Eh bien, el otro día se me pudrió el rancho jajaj.

—F.R.A.: Ah sí me dijiste, te arreglaste con él.

—A.F.C.: Ya todo bien, que sé yo, como que ya me aburrí de los dos.

Los diálogos, como el transcrito previamente, forman parte de una serie de intervenciones telefónicas, con 100 horas de escuchas, en las que quedó a las claras el funcionamiento de la organización delictiva. “Básicamente, traían menores de distintos puntos, entre ellos Oberá, en la provincia de Misiones, y los explotaban en Buenos Aires. De hecho, el líder fue detenido en Oberá”, explicó a este medio una fuente con acceso al expediente.

Se trata deAngelotti, acusado de ser el que comandaba las acciones. A continuación, un fragmento de una charla entre el lidery una persona identificada en el expediente como G. En la misma se pone de manifiesto que “Rolo”, como lo apodan, se jacta de estar con menores. “Vos me tenés envidia porque te gustaría salir con nenitos de esa edad”, le dice en el intercambio a G.

—G.: Si boludo pero es de jardín no me traigas al niño rata, ni a ese. Vení con toda la gente que vos quieras, pero no esa visadita de jardín.

—F.R.A.: Aquella fiesta fui con X.

—G.: Pero vos no podés! Ese gurí es menor.

—F.R.A.: Es una fiesta clandestina.

—G.: Igual es menor.

—F.R.A.: No me interesa.

—G.: Tenés 50 años.

—F.R.A.: Vos me tenés envidia porque te gustaría salir con nenitos de esa edad.

—G.: Tenés 50, hijo de puta.

En otro de los diálogos, este con fecha del 7 de diciembre de 2022, Charpenet le cuenta a Angelotti que se metió en una aplicación donde conoció a un joven que, a juzgar por el diálogo, todavía no había terminado el colegio. “Esta semana es la fiesta de egresados”, dice y también presume de estar con un “chiquitín”. El líder de la banda le retruca, como si se tratara de un objeto.: “Un chiquitín que no prestás”.

—Andrés Fernando Charpenet: Ah pará, te cuento.

—Francisco Rolando Angelotti: A ver…

—A.F.C.: Me pescaron infraganti.

—F.R.A.: Cómo.

—A.F.C.: Viste que yo tengo dos.

—F.R.A.: Si

—A.F.C.: Tengo a X. que sería como el oficial.

—F.R.A.: Sí.

—A.F.C.: Y tengo al chiquitín que fue el que te mostré la foto y después la borré.

—F.R.A.: Que no prestás…

—A.F.C.: Que no presto, bueno qué pasa? Me meto en la aplicación y nada me puse hablar con uno y esta semana es la fiesta de egresados. Bueno le compré la ropa al nene todo viste.

En otro tramo, Charpenet habla con Raúl Ignacio Mermet, quien lo felicita por haber estado con un menor de edad, comparando ese acto con el de un manjar.

—Raúl Ignacio Mermet: Sos un capo boludo, ¿eso es como comer carne de ternera más o menos no?

—Andrés Fernando Charpenet: Es como comer caviar.

—R.I.M.: Con la mano, con la cucharita lo cortas ¿no?

—A.F.C.: El sensei va a estar orgulloso de mí, pero pasa que me fui de mambo.

—R.I.M.: A vos no te gusta la merca vieja, me parece bien.

Aunque los hechos de las denuncias de los dos jóvenes (Víctima 1 y Víctima 2) que dieron el puntapié para que se iniciara la investigación ocurrieron hace más de 20 años, para el juez Sánchez Sarmiento descubrió que la banda seguía funcionando en la actualidad. Incluso, utilizaban nombres en clave para referirse a los menores.

Dejar un comentario