Encontranos en:
Sociales
11/08/2022

Se llama Rubén, es papá y dio la teta: “La idea de lactancia materna me dejaba afuera”

Es una persona transmasculina y siempre había tenido un sueño: gestar y amamantar. Cuando llevaba dos años en testosterona, inició un proceso de fertilidad con esperma donado para convertirse, sin pareja, en papá gestante. Lo logró y, además, dio la teta durante ocho meses. La historia de una familia borrada de la “Semana Mundial de la Lactancia Materna”

Se llama Rubén, es papá y dio la teta: “La idea de lactancia materna me dejaba afuera”
Y

a había terminado los estudios de Educación Infantil, los años seguían pasando pero la duda no se iba. Más allá de lo que su cuerpo y su documento le indicara al resto, nunca se había sentido una mujer pero tampoco lograba identificarse con lo que se suponía que, inevitablemente, sentían todos los varones trans.

“Yo tenía personas trans cerca pero pensaba ‘es que no me parezco en nada, entonces no debo ser trans’. La sensación era que había que cumplir con varios ítems:

ser una persona que odia a su cuerpo, que sí o sí quiere someterse a tratamientos hormonales con testosterona y que ni por asomo desea gestar a una criatura, parir o amamantar”. el español Rubén Castro, que tiene 29 años y estudia Educación Social.

Rubén no sólo no odiaba a su cuerpo: el sueño de su vida era gestar y formar su propia familia y, en ese contexto, no sabía si quería entrar a un quirófano para hacerse la doble mastectomía y sacarse las mamas. Al contrario, los pechos podían tener en su vida una función vital: la de amamantar a ese bebé con el que siempre había soñado.

“Hay muchos mitos sobre las personas trans, no sólo esos. Otro es el de la ropa, el ‘qué mal la paso cuando me tengo que vestir’”, enumera él, y muestra que ese malestar es algo que no siempre les sucede.

“En mi infancia yo me iba adaptando: si tenía que hacer la comunión y ponerme un vestido para mí no era un hecho traumático, era como disfrazarme. O sea, era incluso divertido”.

Vivió la niñez y la primera juventud sin referentes, nadie en quien ver su vida espejada. “Por lo que he crecido creyéndome este mensaje de que sólo las mujeres podían gestar. Entonces pensaba que si mi deseo de llevar un embarazo era tan fuerte, yo no podía ser otra cosa que no fuera una mujer”.