i Jinping consiguió lo que estaba buscando y se esperaba que sucediera. Logró una inédita reelección y seguirá siendo por otros cinco años el presidente de la República Popular China.
La votación formal que se produjo en la Asamblea Popular Nacional de China ratifica su condición de líder más poderoso del gigante asiático en décadas.
El resultado de la votación de los diputados fue inapelable: 2.952 votos a favor, cero en contra y ninguna abstención.
Resultado esperado
No era un resultado inesperado dado que el parlamento está en la práctica subyugado al Partido Comunista (PCCh), que en octubre ya lo reeligió por otros cinco años como secretario general y jefe del ejército, los dos cargos de más poder en el país.
Único candidato al cargo, el dirigente de 69 años recibió un nuevo mandato como jefe de Estado, cargo que ostenta desde 2013.
Los últimos meses fueron complicados para Xi, con grandes manifestaciones a finales de noviembre contra su política de “covid cero” y una ola de muertes tras el abandono de esta estrategia en diciembre.
La Asamblea Popular Nacional (APN) reunida en Pekín también debe elegir formalmente un nuevo vicepresidente que sustituya a Wang Qishan.
Los diputados se concentraron en estas jornadas en un proyecto de reforma institucional que pretende reforzar al Ministerio de Ciencia y Tecnología y las capacidades de China en el sector digital.
Xi estableció como prioritario desarrollar estos sectores en busca de una autosuficiencia de China ante lo que Pekín contempla como una política “de contención” de Occidente para entrabar su desarrollo.