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La distancia entre ambos es cada vez mayor, o al menos eso es lo que dejan entrever para el afuera. Ante los ojos de la Justicia y de la sociedad, los Báez se muestran divididos en cuanto a las decisiones que cada uno toma con sus respectivos abogados.
Sin embargo, hay quienes en los pasillos de Comodoro Py repiten hasta el hartazgo que la supuesta “grieta” entre ambos es tan sólo una estrategia legal y que padre e hijo, en realidad, tienen el mismo objetivo:remover al juez Sebastián Casanello.
De cualquier forma, y a pesar de que la estrategia judicial desconcierte al poder judicial y también a buena parte del ámbito político, existe una preocupación real de Lázaro Báez con respecto al accionar de Leandro. “A este paso va a terminar preso”, dijo el fin de semana según consignó Clarín.
El menor de los Báez, que con sus flamantes 27 años lleva adelante un avanzada contra el juez Casanello, está decidido a que la investigación gire en torno a la ex presidente Cristina Kirchner y ex funcionarios del gobierno kirchnerista. También Leandro siempre creyó que el juez iba a ir a la carga por él e intentó adelantarse a los hechos.
Por estas horas la mayor preocupación del propietario de Austral Construcciones es que la recusación a Casanello que Leandro reiteró el pasado lunes no tenga fundamentos en cuanto se refiera a la ex Presidente y su gabinete. Teme que sus escritos no tengan sustento jurídico y que ello derive en una indagatoria y posterior procesamiento.
Báez no quiere sumar a otro de sus hijos a un proceso legal que arde en la escena mediática argentina. Con Martín adentro de la causa le basta y sobra. Los contactos telefónicos a 3000 km de distancia entre Lázaro yLeandro se producen a menudo, aunque el proveedor favorito de obra pública K nunca logró convencer a su hijo de que actúe con más cautela.Hoy Leandro, es la principal preocupación de Lázaro.
