egún el testimonio de siete mujeres que rezaban el misterio de la Tercer Coronilla, el cuadro de Jesús Misericordioso despidió algunas lágrimas que eran "como sangre" al tocarlas.
El caso está rodeado de un misticismo especial ya que, la primera persona en notar tal situación, fue Isabel, una mujer mayor quien padece una enfermedad en los ojos y estaba allí pidiendo un “milagro de sanación”.
“Como ella es de este lugar y es devota de Jesús nos pidió oración y ayuno para recibir un milagro. Nosotros pedíamos que Jesús Misericordioso le devuelva la vista, que pudiera ver su rostro, y bueno, ese día Jesús nos quiso dar la vista a todos, pero fue ella la primera en notar lo que pasaba. En un momento de la oración nos dijo: “parece que hay una mancha en el rostro de Jesús”.
“Nos pusimos a mirar y cuando lo hicimos, vimos una gruesa gota de sangre que salia de sus ojos. Empezamos a llorar todas. Fue algo muy fuerte”, relató Laura Larosa quien levantó la ermita en ese lugar hace once años.
María Delgado, presente en el lugar también contó su experiencia: “En un momento dado de la oración, una señora con problemas en la vista (Por Isabel), quien pedía volver a ver, nos comentó que veía algo en el cuadro de Jesús, que había lágrimas en su rostro. Nos acercamos a comprobar qué era, y sí, todas vimos que era una gota gorda de sangre”, describió emocionada.