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Por María Delfina Kovalski
Lic. en Psicología
Desde mi profesión como Licenciada en Psicología, me parece muy importante que se dé espacio a la comunicación con los niños ante esta situación. Es recomendable explicarles sobre lo que ocurre, con suma tranquilidad; que es una situación transitoria y que el hecho de quedarnos en casa se trata de adoptar una actitud solidaria para cuidarnos entre todos.
No se debe generar temor, todo lo contario, se debe llevar tranquilidad, ante una circunstancia que irrumpe en una cotidianidad asumida por los mismos. Además, muchas veces un castigo muy particular que se suele aplicar a los niños, es no dejarlos salir de casa para ver a sus amigos y poder jugar; por ende, resulta imprescindible brindarles información precisa de que se trata de algo temporal que los exenta de algún tipo de responsabilidad o pena por alguna acción de su parte.
Por otro lado, debemos entender que el modo en el que los niños expresan su sufrimiento es particular en cada uno de ellos y puede manifestarse de distintas maneras; que varian, por ejemplo,en la necesidad de atención constante, el enojo, la angustia, la desmotivación, la agresividad y estado de ansiedad; todas estas conductas pueden repercutir negativamente en la alimentación, el sueño, entre otras muchas posibilidades de reacción.
No solo se trata de algo que nos afecta a los adultos, sino que a ellos también los afecta de diversas maneras, al ser algo tan tajante para la vida normal que llevabamos, hasta que se implementó la cuarentena. Por lo tanto, los padres deben dar apertura al diálogo, para que los niños puedan expresar lo que sienten sobre lo que está ocurriendo, sus temores y ansiedades; para que no se genere desconocimiento y se les pueda dar cierta tranquilidad.
También, en la medida en que sea posible, debemos permitir que sigan teniendo acceso a la comunicación con sus amigos ya sea por vía telefónica o videollamadas; ya que la amistad es un gran factor para una constitución psíquica esperable, y permite que no se sientan solos.
