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pesar de que llegó el otoño, con los primeros fríos también se pueden sembrar una gran cantidad de hierbas y hortalizas capaces de soportar bajas temperaturas.
La maceta, la tierra y el lugar son algunos puntos importantes a tener en cuenta antes armar la huerta. De ello depende el óptimo crecimiento de las plantas y su posterior desarrollo, por lo que en el momento previo al cultivo se deben considerar los siguientes aspectos:
Para el seguro desarrollo de las semillas. Una buena opción para las primeras semanas es utilizar como macetas envases de yogur o de helado, recipientes tetra pack o botellas plásticas. En su base se deben realizar agujeros para asegurar un buen drenaje de la tierra y luego de unas semanas, cuando la planta crezca y broten sus primeras hojas, se debe trasplantar directamente en la tierra o en un recipiente más grande.
Es muy importante tener en cuenta la relación de tamaño entre planta y maceta.
La tierra para macetas debe ser liviana y contar con un buen drenaje. Para eso debe tener materia orgánica, siendo de gran utilidad el compost realizado con residuos del hogar.
Este es un punto muy importante, sobre todo con la llegada de las bajas temperaturas. Lo ideal es colocar las macetas en lugares con luz natural y cerca de las paredes para que estén al resguardo de las heladas.
Es fundamental dejar un espacio entre la pared y la maceta para que circule el aire y no se acumule humedad.
Teniendo en cuenta estos primeros pasos, ya se puede comenzar a sembrar. Es importante que
las semillas seleccionadas sean propias de la época y que al colocarlas en la maceta queden enterradas a una profundidad de tres veces su tamaño.
Existe una gran variedad de vegetales disponibles para plantar en otoño. Sin embargo, antes de elegir cuáles se van a sembrar se debe tener en cuanta aquellos que más se van a consumir y que tienen un
nivel de crecimiento adecuado al espacio disponible.
Brócoli: Madura en los meses más fríos y es cuando alcanza su sabor más dulce. Necesita cuatro horas de sol por día.
Cebolla: Se desarrolla con temperaturas de entre 15 y 20 grados y necesita poca agua.
Coliflor: Al igual que el brócoli y el repollo, se siembra durante estación fría. Crece rápido pero necesita de varios cuidados.
Espinaca: De la familia quenopodiacea, al igual que la acelga, la espinaca es de cultivo sencillo pero necesita de tierra rica en nutrientes y de fácil drenaje. Germina en tres semanas en terreno húmedo. Se puede sembrar todo el año.
Lechuga: Pertenece a la familia de compuestas, siendo la escarola y la achicoria ideales para crecer en climas fríos. Se puede sembrar todo el año.
Puerro: Al igual que la cebolla y el ajo, pertenece a las liliáceas. Se siembra especialmente en otoño y es una de las especies más fáciles de plantar ya que puede hacerse en cualquier tipo de suelo.
Repollo: Esta crucífera no es muy exigente en calidad de suelo aunque necesita riegos periódicos. Soportan bien las heladas y se debe recoger antes de que florezca.
