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uego de la reunión del ministro de Interior Guillermo Francos con Carlos Rovira primero, por más de dos horas, y Hugo Passalacqua después, las tareas de construcción de rutas, cloacas, obras hidráulicas, arquitectura, escuelas, viviendas, etc. paralizadas se empezaron a activar y los fondos adeudados de la Nación empezaron a moverse administrativamente. El ministro volvió a Buenos Aires y le transmitió elogiosos comentarios al presidente Javier Milei sobre el modelo de gestión de Misiones. Lo que más se valoró es que en un escenario crítico y lleno de internas para la gobernabilidad nacional, Misiones hizo su lugar brindando apoyo y tejió un acuerdo serio para los misioneros que se basa en una coincidencia muy simple con la Nación, que es el equilibrio fiscal que la Provincia exhibe hace décadas y la Nación recién ahora busca conseguir.
El apoyo a la Ley de Bases será la devolución en el sentido de lo que votó la gente, con algunas diferencias y correcciones, pero todas reducidas al acompañamiento de una herramienta fundamental que pide el presidente para que el país termine y se supere rápido esta etapa de recesión y de ajuste a la clase media principalmente.
En lugar de oponerse como hizo la mayoría, la Renovación decidió darle gobernabilidad y facilitar la marcha de la gestión nacional, con la actitud de siempre, basada en acuerdos de alta política con los actores principales que reconocen la importancia de la Provincia, como fue Guillermo Francos, apodado en el entorno del Gabinete presidencial como “el Messi de la política”.
La Renovación mantiene la oposición inteligente, como lo hizo siempre, priorizando lo mejor para los misioneros, con autonomía política ante la nación, dándole la herramienta para salir de la crisis y llevar adelante acuerdos que representen obras y fondos para Misiones. La inteligencia política, al servicio de los misioneros, siempre en la búsqueda del consenso.
En el concierto nacional se reconoce la solidez política y la coherencia que mantiene hace décadas frente a los sucesivos gobiernos nacionales, de diferentes colores políticos. Por esta coherencia, justamente, los dirigentes que mejor miden a futuro se acercan o quieren interactuar con el Gobierno. La gente busca coherencia, no quiere internas ni peleas. Lo demuestran los números de la encuesta realizada a principios de abril que ubica a cuatro posibles candidatos renovadores con más de 60 puntos de imagen positiva (Romero Spinelli, Herrera Ahuad, Lalo Stelatto, Colo Vancsik).
Los opositores más cercanos apenas rozan 17 puntos. En este sentido, Francos confesó que a Milei no le desvela tener gobernadores ni legisladores propios porque la experiencia actual, del bloque libertario, le está dejando malos resultados con internas permanentes y peleas de poder. Prefiere tener diálogo directo y buscar consenso con provincias como Misiones, que tienen autonomía política y saben en qué momentos acordar para obtener beneficios para la gente. La renovación nació como un espacio superador que sumó la voluntad de radicales, peronistas e independientes.
Ahora en esta nueva era política, suma libertarios, conservadores, de izquierda, además de seguir sumando radicales y peronistas. La juventud liberal, lo que más destaca, es que en la renovación se abren oportunidades para todos, trabajando, militando, ocupando lugares, mientras que en otros espacios como Juntos por el Cambio (PRO y UCR) tienen que esperar 30 años o ser hijo de algún dirigente de peso.
