s muy posible que el enunciado de este artículo haya molestado a muchas personas. Ahora bien, “tener o no tener marido NO es una causa directa” para que una mujer tenga más o menos responsabilidades en un hogar.
Hablamos simplemente de la desigualdad de género que sigue existiendo en muchas familias, algo que han querido analizar desde la Universidad de Michigan a través de un estudio.
Los resultados son claros y contundentes:a día de hoy, la mujer sigue siendo la responsable de gran parte de las tareas domésticas.
Obviamente, y esto hay que dejarlo claro, no podemos generalizar.
Todos conocemos hogares donde son precisamente los hombres quienes se responsabilizan de casi todo y, por otra parte, también hay parejas que llevan una distribución perfecta y equitativa de cada una de las tareas familiares.
Veamos los datos que nos ofrece este interesante estudio.
La noticia no es precisamente nueva. De hecho, la Universidad de Michigan hizo uso de una base de datos sobre las dinámicas familiares que el Institute for Social Research lleva recopilando desde 1968.
La idea era realizar una encuesta en la actualidad para ver cómo habían cambiado el reparto de tareas domésticas a lo largo de estas décadas.
Los resultados fueron publicados por la agencia Reuters y podemos resumirlos del siguiente modo.
A pesar de que los tiempos van cambiando a su propio ritmo, despertando así nuevas conciencias y cambios legales donde intentar conciliar la vida laboral con la familiar, son los hombres los que siguen trayendo a casa el sueldo más elevado.
Por su parte, las mujeres con 3 hijos son también las mayor tiempo invierten en la atención de los hijos y la casa, mucho más que el propio marido.
Ahora bien, no nos sorprende tampoco saber que en el pasado las diferencias eran mucho más pronunciadas. En 1976, por ejemplo, la media de horas que la mujer dedicaba a las labores domésticas era de 26, mientras que la del marido solía ser de unas 6.
Este dato es uno de los más relevantes. Una pareja puede, sin duda, repartirse perfectamente las tareas de cuidado y crianza de los más pequeños.
No obstante, en lo que se refiere a la atención a las personas dependientes, ya sean ancianos u otros familiares con grandes limitaciones físicas, la responsabilidad recae en la mujer.
Aquí sigue pensando mucho la tradición y ese esquema de rol donde las mujeres han sido siempre las que, en la esfera privada del hogar, se han ocupado del cuidado y atención de sus familiares, así como las tareas domésticas.
Volvemos a resaltar aquí que, por supuesto, cada familia tendrá sus propias dinámicas, y habrá miles de hombres, compañeros y maridos que se responsabilizan de esta labor. No obstante, según el estudio de la Universidad de Michigan, las diferencias siguen siendo notables.
Hemos avanzado un poco desde esas épocas en que nuestras abuelas o nuestras madres entendían que era responsabilidad suya cuidarnos y atender todas las labores de la casa.
No obstante, también hay aspectos que debemos tener claros: una pareja llega a sus propios acuerdos en función de sus realidades y necesidades particulares.
Algo así solo se consigue mediante una educación respetuosa donde enseñemos a los niños desde bien temprano que todos somos un gran equipo, que hombres y mujeres tienen los mismos derechos, que todos somos personas con necesidades y obligaciones.