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Milagros Martínez, de 10 años, debía viajar desde Entre Ríos a la Capital para acudir a un turno en el hospital Garrahan.

16/11/2017

Niña debía viajar a Buenos Aires, pero la ambulancia no la fue a buscar

Niña debía viajar a Buenos Aires, pero la ambulancia no la fue a buscar
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Mamá, ¿hasta cuándo vamos a tener que esperar? Ya no aguanto más", le dijo Milagros Martínez a su madre Soledad dentro de su humilde casa de Gral. Racedo, un pueblo a 40 km de Paraná, Entre Ríos. La niña de 10 años esperaba desde hacía tres horas la llegada de una ambulancia para trasladarse a Buenos Aires, donde sería atendida a la mañana siguiente en el Hospital Garrahan. Sin embargo, el vehículo nunca llegó y la niña perdió el turno que había conseguido hacía cuatro meses.

Milagros padece atresia de esófago, una enfermedad congénita con la que que el conducto muscular no se desarrolla de manera correcta y produce complicaciones graves en el aparato digestivo y respiratorio.

Así, la niña ya se sometió en su corta vida a unas 42 operaciones y desde hace ocho meses vive prácticamente encerrada en su casa conectada a dos máquinas: una que produce oxígeno y la otra que la alimenta mediante una sonda.

"La gente no puede terminar de comprender lo que es tener que vivir durante tantos meses conectada a dos máquinas que dependen de una conexión eléctrica. Mi hija casi que no puede salir de casa. Va al colegio y después regresa acá. Este era un paso enorme para que pueda liberarse de las máquinas y recuperar su vida relativamente normal", explicó la madre.

El martes por la noche, Milagros, su madre y otra acompañante debían emprender un viaje a Buenos Aires para que la chica se someta a una endoscopía en el hospital Garrahan. Era el paso previo para una nueva operación, que le permitiría volver a independizarse de las máquinas.

"Al margen del trabajo excepcional que hacen todos los días, conseguir un turno en el Garrahan es una tarea terriblemente difícil. A mí me han llegado a dar turno para cuatro meses después por este tema. Cuesta una fortuna", relató Soledad.

Al tener que estar conectada las 24 horas, el viaje de Milagros no se podía realizar con un auto común, ni siquiera con un micro de larga distancia. Sólo se debía llevar a cabo en una ambulancia especializada.

Así, la madre realizó los trámites necesarios con el hospital Crespo y el Ministerio de Salud de la provincia, que se encargó de autorizar el traslado.

La ambulancia debía llegar a la casa de Gral. Racedo el martes cerca de las 22.30. Fue entonces cuando comenzaron los problemas.

"Al ver que tardaban un poco, empecé a llamar al chofer. A eso de las 22.40 me dijo que estaban saliendo. Lo mismo me dijo a los pocos minutos una operarias del servicio de emergencias de la provincia. Sin embargo, pasaron dos horas y nadie vino", describió Soledad.

La situación se volvió dramática en la casa. Al nerviosismo de la madre y de su marido se sumó la resignación de su hija. "Yo no le había dado de comer en casi todo el día. La había mantenido en ayunas debido al tratamiento que se debía hacer al otro día. Por eso, después de reclamarme varias veces los motivos por los que no llegaba la ambulancia, se terminó quedando dormida. Me partió el alma verla así", afirmó Soledad.

La madre de la niña llamó una y otra vez y recién pudo contactar al chofer a las tres horas. El hombre respondió "No, la ambulancia no sale" y se excusó en la falta de pago de los viáticos. Así, el viaje nunca se realizó y el turno en el Garrahan finalmente se perdió.

"Ahora estoy buscando un abogado para que se busque a los responsables de esto. Ahora no sé cuándo voy a tener un nuevo turno y que mi hija pueda acercarse a esa operación que le mejore su estado de salud", dijo la madre.

El problema actual hizo que se le formara una fibrosis pulmonar. Si eso no se atiende a tiempo puede derivar a algo que comprometa mucho su salud.

En contacto con el doctor José Carlos Cuesta, Director de emergencias de la provincia de Entre Ríos, quien defendió el accionar por parte de los representantes del Ministerio de Salud regional.

"El pedido inicial de la ambulancia se hizo al Hospital Crespo. Ellos nos comunicaron que no disponían de una ambulancia para ceder, por lo que tuvimos que recurrir a un móvil del Hospital San Roque", explicó el especialista.

Y continuó: "Nosotros no estábamos enterados de nada de lo que sucedía. Recién cerca de la medianoche, el chofer se puso en contacto con un coordinador del servicio de emergencias, para explicarle que no iban a realizar el viaje porque no se les había depositado el dinero de los viáticos en su cuenta".

Según Cuesta, el chofer viajaba con un acompañante. Uno de los dos sí disponía del dinero de sus viáticos, pero el otro, que debía recibir el monto para pagar el combustible y los peajes, no vio el ingreso al chequear el saldo en un cajero automático.

"Nosotros revisamos todos los papeles y quedó confirmado que el dinero fue depositado en ambas cuentas a las 15.15 del martes. Está todo documentado. El tema es que uno de ellos quiso chequear el saldo antes de sacar dinero directamente. A veces pasa que el dinero está depositado, pero tarda en actualizarse en pantalla. Si hubiera sacado el dinero directamente, habría dispuesto del mismo".

Según el directivo de emergencias, el coordinador le pidió al chofer que se ponga en contacto con el Hospital San Roque, para ver si ellos le podían dar el dinero de manera excepcional para ese viaje. "Y también le recordó que, ante cualquier problema, nos volvieran a llamar a emergencias. Millones de veces tuvimos que darles dinero de nuestro bolsillo a los choferes ante una eventualidad inesperada. Pero tampoco nos llamaron más en toda la noche a nosotros", explicó.

Según el propio Cuesta, el Ministerio de Salud iniciará esta semana una investigación interna para poder analizar las responsabilidades. En principio, desde emergencias se apuntó a irregularidades en el accionar de los conductores de la ambulancia. "Tenemos todas las pruebas para demostrar que desde emergencias se actuó de manera correcta".

La ministra de Salud de la provincia, Sonia Velázquez, se puso en contacto con la familia de Milagros para ofrecer sus consideraciones por lo sucedido. Además, mediante diversas gestiones, se logró conseguirle un nuevo turno a la niña en el Garrahan para el próximo 12 de diciembre.

"Las actuaciones administrativas se inician para determinar fehacientemente las instancias de negligencia y quiénes fueron los responsables (…) No fue un problema de recursos financieros", explicó Velázquez al canal local El Once.

"Ayer (al día después del incidente) Milagros lloraba sin parar. Ella se da cuenta de lo que está pasando y eso se suma a lo mal que se está sintiendo. También conoce lo difícil que se nos hace poder conseguir un nuevo turno. Ya no sabemos a quién reclamar, pero vamos a seguir luchando para que esto no le pase más a nadie", afirmó Soledad, con un tono de angustia transformada en bronca.

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