hristina Ozturk, una mujer rusa de 23 años que vive en Georgia, tiene una historia muy particular. Junto a su esposo, un empresario turco llamado Galip, actualmente está criando a 11 hijos. Sin embargo, desea tener al menos 90 más a partir de la subrogación de vientres, para formar la familia más grande del mundo.
Ella asegura que, pese a su joven edad, “tiene mucho amor para dar”, y ese sueño familiar podría ser más que una mera expresión de deseo, ya que su pareja es un magnate millonario que podría invertir hasta un millón de dólares en maternidad subrogada para poder alcanzar la meta.
“En este momento tengo 11 hijos con la última llegada, Olivia, que nació a finales del mes pasado. Yo misma di a luz a mi hija mayor, Vika, hace seis años. El resto de los niños son genéticamente nuestros, de mi esposo y yo, pero fueron gestados en vientres sustitutos”, dijo Christina al diario inglés Daily Star.
La ya numerosa familia vive en la ciudad costera de Batumi, Georgia, donde la subrogación es legal. Si bien el matrimonio ya anunció en sus redes sociales que espera criar más de 100 hijos, Christina aclaró: “No sé cuántos hijos tendremos finalmente, pero definitivamente no pensamos en parar. No estamos listos para hablar del número final. Todo tiene su momento. Estamos tranquilos con lo que pase”.
Hasta el momento, la pareja ya tuvo 10 bebés a través de la gestación subrogada, que cuesta casi 10 mil dólares. En este sentido, afirmaron que “convirtieron el proceso de tener hijos en un arte”, aunque también sostienen que lo toman con mucha naturalidad.
Según cálculos, para llegar al objetivo final deberían tener 12 hijos por año hasta el 2029 para llegar a la meta, cuando ambos tendrán 30 años de edad. Pese al deseo, no dejan de lado la cautela, puesto que entienden que “criar a una persona es una responsabilidad muy grande”, por lo que habrá que ver si, con el correr del tiempo, mantienen vivo el deseo.
Christina relató que era madre soltera de una niña cuando conoció a Galip, un empresario nacido en Turquía. Además, contó que hizo acuerdos estrictos y confidenciales con las madres sustitutas que gestaron a sus hijos biológicos. “No conocemos personalmente a las madres sustitutas y no tenemos contacto directo con ellas para evitar problemas después del embarazo”, dijo. Pese a esto, reveló que suele controlar la nutrición de las mujeres durante esos nueve meses de gestación, elaborándoles planes dietéticos específicos en todo el proceso.