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CORRIENTES EN LLAMAS

24/02/2022

El desesperado trabajo de los veterinarios para rescatar a los animales que huyen del fuego

Si bien aún no hay números oficiales de la catástrofe ambiental, los profesionales prevén que la mortandad de especies será muy grande

El desesperado trabajo de los veterinarios para rescatar a los animales que huyen del fuego
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l rescate y los primeros auxilios para los animales alcanzados por las llamas, el calor y el humo en Corrientes no están dando tregua a los veterinarios en la primera línea de respuesta. Lo que ya evalúan esos profesionales que quizás termine clasificado como un “megaincendio” por las hectáreas quemadas, la fuerza del fuego y su velocidad para avanzar, está generando una afectación de magnitud incalculable de la fauna nativa, los animales de cría y de compañía.

“Nos encontramos sumamente desbordados, pero seguimos creciendo por la gran cantidad de colegas que se van sumando en esta emergencia”, afirma Adriana Noacco, de la Red de Veterinarios en Catástrofes, que están trabajando con los animales de las áreas donde la intermitencia de los focos de incendio que provoca el viento dificulta aún más las tareas. Además de Corrientes, están asistiendo en Formosa y Misiones, desde donde los convocan. “Es una situación grave”, sostiene en nombre de la red.

Por el momento, cualquier estimación del daño es insuficiente. Queda esperar que esta tragedia ambiental se aplaque para poder recién tener los primeros números que describan su alcance. “Hay muchísima mortandad de animales. Salvo las aves que huyeron bastante, en la fauna nativa también hay mucha la mortandad. Y es de esperar que sea todavía mayor”, anticipa Noacco, directora del Centro de Educación y Gestión Ambiental de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

La base de operaciones está en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional del Nordeste y concentran las donaciones con el Colegio de Veterinarios provincial. Los profesionales, generalmente de a dos, se desplazan por distintas localidades, como San Miguel, Virasoro, Caa Catí, San Miguel, Ituzaingó, Santo Tomé o parajes, como Galarza, donde el fuego arrasó con la flora y la fauna; es uno de las pocas áreas en el país donde se concentra la población del venado de las pampas.

Atienden lagartos overos, carpinchos, coatíes, venados de las pampas, reptiles, monos carayá, y osos hormigueros, entre las especies locales. También están los caballos, vacas y cerdos de grandes campos y de agricultura familiar. Tratan quemaduras, dificultad respiratoria, problemas oculares y trastornos de la conducta asociados con el temor, además de la necesidad de agua y comida.

En los perros y los gatos, lo más común son los problemas en los ojos y respiratorios. También, por el exceso de temperatura en el suelo, hay que tratarles quemaduras en las almohadillas plantares.

El apoyo en red permite que los profesionales que están trabajando a destajo en las provincias con focos activos puedan recibir charlas online de colegas especializados en lo más urgente, como la atención clínica de especies nativas para la administración de las dosis de los diferentes medicamentos, la cirugía de tejidos blandos, tratamiento de las vías respiratorias por el impacto del humo y manejo de los problemas en los ojos por la exposición al calor y las sustancias contaminantes que generan los incendios.

“Cada animal rescatado está recibiendo atención de calidad. Si se puede, se lo traslada. Los veterinarios de las provincias más cercanas se están cruzando para asistir en las operaciones por quemaduras intensas”, comenta Noacco en diálogo con LA NACIÓN. “Estos animales quemados van a necesitar más de dos meses de tratamiento con medicamentos, gasas, cirugías restauradoras y rehabilitación antes de volver a su ambiente”, detalla para describir el impacto de esta emergencia.

Desde la red alertan, a la vez, sobre la necesidad de empezar a contar con mapas de riesgo y contingencia para anticiparse a qué puede suceder en cada área. A los Esteros del Iberá, un humedal de relevancia internacional, no debería estar llegando el fuego, según sostienen.

“La pérdida de biodiversidad que está ocurriendo es muy importante y solo se podrá evaluar cuando esta emergencia termine. La restauración ambiental debe ser inmediata”, afirma Noacco.

En el Centro de Conservación Aguará, en Paso de la Patria, se triplicó la cantidad de animales con los traslados de los rescates. “Los bomberos encuentran animales graves y los trasladan a Aguará”, cuenta Betania González, directora nacional de Biodiversidad.

Ya está en marcha un primer relevamiento técnico del impacto de los incendios en los animales y se está abriendo una posta sanitaria veterinaria en el este correntino, según explicó la funcionaria del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

“La fauna que pudo huir está sin hábitat y con falta de agua agravada por la sequía extrema que ya existía, más allá de los incendios –describe González–. Nos preocupan las especies amenazadas como el aguará guazú, el ciervo de los pantanos, el tordo amarillo o el yetopá de collar, que perdieron su hábitat, y el mono carayá, que se alimenta de hojas y los árboles están quemados. Los reptiles y los anfibios también están muy afectados, pero creemos que se recuperarán.”

El seguimiento con un dron de un grupo de yacarés que huían en la zona del portal Cambyretá, en el Parque Nacional Iberá, permitió conocer que se desplazaron hasta un lago a cuatro kilómetros. En el caso de los venados de las pampas de Galarza se sospecha que, como otros animales, podrían haberse refugiado del fuego y en búsqueda de agua más al interior del Iberá.

Los equipos de la Fundación Rewilding Argentina, que trabaja en la reintroducción de especies amenazadas y recuperación de los ecosistemas, están atentos ahora al avance del fuego para proteger a las nutrias gigantes y los yaguaretés que están las jaulas de presuelta en la isla San Alonso, dentro del parque Iberá. Los guacamayos rojos y los muitúes que estaban en etapa de adaptación se trasladaron al centro Aguará.

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